Foto Leonardo Vázquez |
Yo soy —decía—, yo soy la dulce sirena,
que distraigo a los marinos en medio del mar;
tanto es el placer que hago sentir:
con mi canto aparté a Ulises de su camino errante.
DANTE ALIGHIERI
A mamá Chonita, que me dio el dulce cáliz de sus cenizas,
que un día olvidé en algún rincón del mar Caribe
Abrir los ojos aquí, en el estiaje
donde colman su sed de aguas pudendas
las bestias taciturnas del insomnio.
En el adusto obraje de este día
mórbido que abre su ala más tierna
y avanza ciego rompiendo vasijas.
En la maraña de sueños en párpados
vencidos, en esta hora frutal
que se despierta entre cenizas vivas.
Abrirlos aquí, en donde la mirada
inicia el vuelo a pasos de horizonte,
en la memoria de los sitios donde
el mar olea saldos sin ganancias,
desfalcos que rebullen desde el alma,
abrazos exánimes siempre vacuos,
catafalcos de huesos de imposibles
adioses, bonches de húmedos pañuelos
en los que uno envuelve un mar de lágrimas.
¿Cuál es la ola que llenó de sal
la urna que guardaba nuestros huesos?
¿Y con qué ojos llorar en tanta lluvia
la arribazón de este hundimiento
que a maretazos nos quitó la greda?
¿Quién nos dio este bautismo de cenizas
que todavía arde en nuestros ojos?
¿Con qué pañuelos de viento se amarran
las averías de este naufragio?
¿A qué puerto? ¿En qué nicho? ¿A cuál
mejilla de Dios llega y se acurruca
esta diáspora de flébiles olas?
¿Qué obtuso designio nos subió al barco
en algún oscuro puerto sin edad,
al que un día habremos de volver
sólo después de haber oído el canto
incólume y solaz de las sirenas?
Abrir los ojos aquí…
ANTONIO LEAL. (1952.) Nació en Chetumal, Quintana Roo, en 1952. Estudió sociología en la UNAM. Además de poeta, es periodista y crítico literario. Ha publicado seis libros de poesía: Duramar (1981), Canto diverso (1995), Los cantos de Duramar (1998), Poemas provinciales (2004), Thalassa (2008) y La fauna exaude (2012).
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