El cuerpo ardiente: breve selección de poesía erótica


La poesía erótica es extensa, tan extensa como el deseo y la piel sugerida. La selección que aquí presento es sólo un acercamiento que parte de la transmisión en Periscope (ahora en Youtube) de un programa en el que hablo brevemente sobre la historia de la poesía erótica. En la segunda parte del programa, leí a algunos de mis poetas favoritos en el tema y otros poemas más, que en la preparación del material, me fueron proporcionados. Como toda antología o selección, deja fuera muchos autores que deberían ser leídos; no obstante, la invitación es para el lector curioso. De él dependerá el descubrimiento, los hallazgos. 
          La selección prescinde de rigurosidad, presenta a los autores tal como se presentaron a la hora de la preparación del tema. Por cuestiones de tiempo, en el programa, no puede leer todas las voces reunidas, de ahí, que los comparta aquí. Poetas del amor carnal, del desamor, del dolor, de la ausencia… En fin, poetas del cuerpo, ese cuerpo ardiente tantas veces desgarrado. 


SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
Detente sombra

Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.


ELSA CROSS
Amor el más oscuro I

Aquí comienzo a amarte,
en estos muros clarísimos,
en esta ciudad cálida al tiempo de las lluvias.
(¿Dónde estás ahora,
esta primavera tarde que pienso en ti?
¿Dónde estás, ignorándolo todo?)
Aquí te descubro
inalcanzable y triste.
Dime qué pasos te trajeron a estas tierras,
cómo abandonaste tu gracia de elegido,
tu ministerio de humildad;
qué suplicios te agobian desde entonces
que violentan tu rostro
y vierten en tu voz la nostalgia y la ira.
Dime en qué forma eres vulnerable
o ganas la lucidez en un momento.
Qué caminos dejaste,
qué expiación te vence y te despoja,
qué caminos seguiste para llegar aquí,
desconocido y hermoso,
donde yo te amo.


ROSARIO CASTELLANOS
En el filo del gozo

I

Entre la muerte y yo he erigido tu cuerpo:
que estrelle en ti sus olas funestas sin tocarme
y resbale en espuma deshecha y humillada.

Cuerpo de amor, de plenitud, de fiesta,
palabras que los vientos dispensan como pétalos,
campanas delirantes al crepúsculo.

Todo lo que la tierra echa a volar en pájaros,
todo lo que los lagos atesoran de cielo
más el bosque y la piedra y las colmenas.

Cuajada de cosechas bailo sobre las eras
mientras el tiempo llora por sus guadañas rotas.

Venturosa ciudad amurallada,
ceñida de milagros, descanso en el recinto
de este cuerpo que empieza donde termina el mío.

II

Convulsa entre tus brazos como mar entre rocas,
rompiéndome en el filo del gozo o mansamente
lamiendo las arenas asoleadas.

Bajo tu tacto tiemblo
como un arco en tensión palpitante de flechas
y de agudos silbidos inminentes.

Mi sangre se enardece igual que una jauría
olfateando la presa y el estrago
pero bajo tu voz mi corazón se rinde
en palomas devotas y sumidas.

III

Tu sabor se anticipa entre las uvas
que lentamente ceden a la lengua
comunicando azúcares íntimos y selectos.

Tu presencia es el júbilo.
Cuando partes, arrasas jardines y transformas
la feliz somnolencia de la tórtola
en una fiera expectación de galgos.

Y, amor, cuando regresas
el ánimo turbado te presiente
como los siervos jóvenes la vecindad del agua.


GRISELDA ÁLVAREZ
Anatomía Superficial

Oreja, mano, brazo, pierna, ojo,
tu mitad que se ajusta con la mía
en la superficial anatomía
donde corren tu audacia y mi sonrojo.

Para la sed, en tu belleza mojo
los ojos insolados de alegría
y convencida de mi paganía
el árbol del asombro te deshojo.

Apariencia no más. Por dentro explora
tu oscuridad, tu sal, tu vericueto,
virus, microbio, célula y espora;

sangre y poder total es tu sujeto:
la fealdad adentro te decora
y te tiembla de muerte el esqueleto.

Poema tomado de La lectura y el vuelo 


CONCHA URQUIZA

Un soñar con el pálido ramaje
y las llanuras donde cuaja el trigo,
un aspirar a soledad contigo
por los húmidos valles y el boscaje;

un buscar la región honda y salvaje,
un desear poseerte sin testigo,
un abrazado afán de estar contigo
viendo tu faz en interior paisaje:

tal fue mi juventud más verdadera;
en el clima ideal de tu dulzura
maduró mi divina primavera;

y tuve mi esperanza tan segura,
como que en la hermosura pasajera
se me entregaba, intacta, Tu hermosura.


SALVADOR NOVO

Este perfume intenso de tu carne no es nada más que el mundo que desplazan      
                                                                             y mueven los globos azules de tus ojos
y la tierra y los ríos azules de las venas que aprisionan tus brazos.
Hay todas las redondas naranjas en tu beso de angustia
sacrificado al borde de un huerto en que la vida se suspendió
                                                                                              por todos los siglos de la mía.
Qué remoto era el aire infinito que llenó nuestros pechos.
Te arranqué de la tierra por las raíces ebrias de tus manos
y te he bebido todo, ¡oh fruto perfecto y delicioso!
Ya siempre cuando el sol palpe mi carne
he de sentir el rudo contacto de la tuya
nacida de la frescura de una alba inesperada,
nutrida en la caricia de tus ríos claros y puros como tu abrazo,
vuelta dulce en el viento que en las tardes
viene de las montañas a tu aliento,
madurada en el sol de tus dieciocho años,
cálida para mí que la esperaba.


GONZALO ROJAS
Retrato de mujer

Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
en la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.

Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire
para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.

Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo
al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza. Lástima
de la que llora y llora en la tormenta.

No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago
tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa
que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,
mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.

Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo
de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo. Aquí, mujer, te dejo tu figura.


KYRA GALVAN
Itzamaray

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CORAL BRACHO
Oigo tu cuerpo

Oigo tu cuerpo con la avidez abrevada y tranquila  
de quien se impregna (de quien emerge,        
de quien se extiende saturado, recorrido de esperma) en la humedad
cifrada (suave oráculo espeso; templo)          
en los limos, embalses tibios, deltas,  
de su origen; bebo      
(tus raíces abiertas y penetrables; en tus costas          
lascivas -cieno brillante- landas)        
los designios musgosos, tus savias densas      
(parvas de lianas ebrias) Huelo           
en tus bordes profundos, expectantes, las brasas,      
en tus selvas untuosas,
las vertientes. Oigo (tu semen táctil) los veneros, las larvas;  
(ábside fértil) Toco     
en tus ciénagas vivas, en tus lamas: los rastros
en tu fragua envolvente; los indicios  
(Abro a tus muslos ungidos, rezumantes; escanciados de luz)
Oigo en tus légamos agrios, a tu orilla: los palpos, los augurios         
-siglas inmersas; blastos-. En tus atrios:         
las huellas vítreas, las libaciones (glebas fecundas),   
los hervideros.



MINERVA MARGARITA VILLARREAL

Te besaré largamente
mis animales sueltos en el interior de tus sentidos
amándote en tus entrañas
como esquirlas de luz
Te besaré
atravesaré tu cielo
me internaré en tus ramas
circularé en tus líquidos
surgiré de la yema de la corteza de tu tronco
me alimentaré de tu jardín
Tu voz en las colinas
y los campos inmensos
como tú los pensaste
tus animales sueltos en el interior de mis sentidos
amándome en mis entrañas
como certeza
como fruto como señal de territorio
Tu voz en mis colinas
y los campos inmensos
bajo este cielo púrpura
esta delicia o cauce a mitad de la lluvia
a mitad del océano
porque tu árbol enraíza
en medio de mi vientre
y esta tierra te vive
en el principio y el fin


LINA ZERÓN
Jardín en llamas

Te amo porque tus labios
saben a claveles y magnolias,
tu espalda a frescas hojas,
tu pecho a trino de gorriones,
tus piernas a rojo sauce,
tu sexo a enjambre de abejas.

Porque tu cuerpo es fuego de artificios
que explota en horizonte nuevo,
se inundan mis entrañas de sonidos.

Los jugos de mi almendra
a incienso de violetas huelen.

En tus dedos, infinita noria soy.
Me acaricias con ternura de algodones,
colmas mi vientre con frutos esmeraldas.

Porque eres curva perfecta
que se amolda a mi cuerpo,
conviertes en jardín mi corazón en llamas.

Poema tomado de Circulo de poesía 


LUCÍA RIVADENEYRA
Dicen

Dicen que un buen baño
lo borra todo.

Yo tengo años de bañarme
                                     frotarme
                                     enrojecerme
y no he podido arrancarme
                                     tus manos.

Poema tomado de Poesía.us 


SILVIA TOMASA RIVERA

Lo que no me enseñaste
y aprendo cada día
es a lamer las heridas
y a abrir mi corazón a los zarpazos.

El trópico y la cresta de la ola,
nada tienen que ver
en este asunto.

Estoy sola, enraizada de ti, contigo
me abro a tu respiración
como me abro al viento que me toca.
Abierta estoy a la noche infinita
y entran en mí, cantos y aullidos
peces y anturios,
y un olor a carne tierna de perdices
que baja de los riscos.

Todo sucede
lejos de la fuerza del mar,
pegada a tu costilla.
Todo sucede
cuando te abres,
como un río que amanece,
acá, en tus montañas.

Poema tomado de omni-bus

JULIA SANTIBAÑEZ
Paradoja

Vivo de frente,
dando la cara.
Me enseñaron que otra cosa
es descortesía,
traición
o franca retirada.
Cómo explico que al darte la espalda
me rendí por entero.


Ya después

Je suis ton old cunt open ou opened.
Paul Verlaine

Te maldigo como mujer que odia
y no piensa en otra cosa.
Imagino que te beso hasta dejarte herido
y pequeño
para que no huyas,
para que busques refugio en mis pechos
y pueda negártelo.
Pero luego soy dócil en tu cama,
casi agradecida.

Cuando te vas recobro el aplomo
y vuelvo a odiarte.
Ahora con más ganas.

Las dos

Conoces a la yo calma,
a la coqueta inofensiva,
diurna y musical.
Quién sabe cuándo aflore
la maliciosa,
viperina y vengativa.
Pero sé que ambas se hurgan
el sexo.
Y se huelen los dedos.

Poema tomado de Nalgas y libros

RODOLFO NARÓ
Árbol de la vida

I

Quiero morir con una muerte ajena
La tuya, la que tienes que vivir,
Se esconde tras de tus ojos
Y a diario ve desde tu mirada.
Abre tus manos, mírate en mí,
Como yo te estoy viendo.
Somos mitades
Que se funden avanzada la noche
Cuerpos encontradizos
Que tiemblan con el soplo del aliento.
Tierra fértil donde nace la vida
Cada noche que muero dentro.

II

Eres habitación vacía con puertas paralelas,
Espacio que respira el aire de la luna,
Sin gravedad, a donde llego cada noche
Y muero con la muerte que quieres darme,
Dentro de ti, de tu espacio;
Cierras las puertas con dos filos enrojecidos,
Quitas más de lo que has dado, me cortas en pedazos,
Me arrancas el oxígeno en breves espasmos.
Soy tuyo, tu cansancio, tu vientre de piedra,
Cimiento de los años, raíz de mis pensamientos,
Te sé como a mis manos,
Te subo como a un árbol.

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MARABUNTA 
Alberto Ruy Sánchez

Cuando te miro
me crece
un ejército de hormigas.

Avanza rumoroso por mis manos.
Me estira la piel.
Se anuncia, no me deja.
Desde mis piernas respiran —
un aire diminuto, entrecortado.

Desde el fondo
de mi vientre
presienten la obscuridad
más húmeda
del tuyo.
Como un sol negro
las hipnotizas.

Te huelo y
mis hormigas
se trastornan,
se tambalean.
Te toco
¿o sueño que te toco?
y corren enloquecidas.

Desde el fondo
de mi sangre
apresuradas,
sueñan
que hunden sus dientes
en tu carne,
y en la mordida sienten
tu parpadeo.

Crece en el aire
la anchura palpitante
de labios largos
entre tus piernas,
enrojecidos.

Tu más bella flor
carnívora
saborea sin cesar
el paso tenaz
demorado y repetido
de todas mis hormigas.

Adentro,
te descubro
hecha de hormigas negras
desquiciadas,
tan necias como las mías.

En el espejo doble
de hambre y sed
y sed y hambre
que ilusamente llamamos
nuestros cuerpos,
tus hormigas y las mías,
se topan boca a boca.
Se reconocen o se imitan,
se devoran o se extravían
confundidas
entre tantas hormigas
tan mordidas.

Del libro Decir es desear (Alfagura, 2011). 


JOSÉ EUGENIO SÁNCHEZ
frente a mi casa vive dios

en una casa muy grande
que tiene un inmenso jardín donde viven todos los gatos

el jardinero de la casa de dios es un tipo musculoso
que trabaja sin camisa

y de vez en vez vemos a dios en calzones
escuchando música en su cochera

o abrazando como dios a una muchacha
que lo abraza de la única manera en que se puede abrazar a dios

dios observa a los gatos que persiguen el amor
y las cucarachas

y con un gesto riega las plantas cierra las puertas
revisa su correspondencia o descorcha una polvorosa botella

así todos los días hasta que un día y de pronto
desaparece

una ambulancia afuera de su casa
nos hubiera dejado un poco más claras las cosas

pero no
sólo se esfumó y ya

o los gatos le dijeron: lárgate para siempre porque no haz hecho nada bueno
o durante su siesta las cucarachas se lo comieron

Poema tomado de Vozed

MÓNICA GAMEROS

Extraño la ansiedad de un torso en llamas/
Perdidos, viven dedos imperiosos sobre mi clítoris/
nos sepultamos bajo un alud atómico.

Una voz se hace eco en el abismo/
quién te necesita
si el amor es un río en movimiento.

Mi lengua yace fundida en la salvia de una boca sabor mar/
es desierto/ fractal de ansia/
segundos de luz se fugan/
sigo aferrada a las costillas del demonio en turno.



MAR BARRIENTOS

El pie, es el beso abajo del tobillo,
orbita la sonoridad en mi boca
el beso se erige entre los jardines del instante y cedros,
Toco mis labios con tu piel que construye mis símbolos de fuego en la memoria.

Las lenguas del suspiro recorren los pies, las venas que llevan el peso del cuerpo,
la uña   composición visual que experimenta mi ojo, descubro cada espacio con el beso que se deja en la curva de cada dedo,
es el tacto,
es el fuego cercano a los ríos incontenibles
duendes del tiempo cruzan los pies,
la arruga de la sábana roja
nuestra tarde sin prisa.


BRENDA ROSALES
Cadencia

La ropa se ajusta al movimiento acelerado
de los cuerpos,
bailan rompiendo todo compás y todo ritmo,
atraviesan el umbral de la música
donde el silencio conduce.
Alcohol disuelto en la sangre
latidos hondos
luces de colores
sombras que van y vienen
un bullicio y un encuentro.
Par de desconocidos que se atreven a besarse;
lenguajes que siendo distintos conjuntan un mismo objeto,
germina en los ojos la complicidad, la valentía.
Un beso de mezcal
un beso de cerveza,
un beso de música,
de pieles y sudores primeros;
un apretón certero e inesperado
asiente el otro cuerpo ya ausente de sí.
El progreso es inevitable,
se mudan los cuerpos a la oscuridad,
la luz ya es demasiada.
Alguien más en el mismo sitio
se conduce sola,
la ficción en sus articulaciones
dirige un estallido,
un estallido atrapado entre sus piernas
y un borde de madera
que vibra cual decibel emergente.
Son las manos del hacedor de sonidos;
cada mirada es un tacto nuevo
en un sitio distinto.
Sube desde los tobillos hasta las piernas
va por el abdomen para bajar de nuevo
las manos de la mujer en llamas
ayudan al voyeur que a la distancia
se integra al acto de unidad y comunión conjunta.
Sigue el sonido escalando hasta el pecho,
la ropa juega con el cuerpo y expone fragmentos de piel;
carnada sin anzuelo,
tiro al aire…
el preso que espera ser liberado
se apresa a sí mismo
por el deseo de tentar y ser tentado.

Descargar en PDF Bailando sin sostén 


ODETTE ALONSO
Juegos de la memoria

Entre mis dedos
trenzas de estambre
humedecidas
en el umbral donde la tarde se hace lúbrica.
Salobre
mi lengua
funda una eternidad sobre tu pecho.
Detrás de las cortinas
un grito silenciado
tus uñas en mi espalda.
Todos los sueños convergen en el punto
adonde estallarán.
Los ojos han guardado la memoria.

Poema tomado de Carruaje de pájaros


KENIA CANO
Perilla


Hay algo que no quiero ver pero es pequeño

Tengo una perrilla en el ojo izquierdo
y como cuenta el refrán popular
vi perros copulando:
el macho quería alcanzarla
con esa cosa incómoda           roja      al descubierto
queriéndola tocar

El perro abraza a la perra por la cintura
con sus dos patas traseras     apenas guardando el equilibrio
como nosotros tratando de guardar la calma siempre
frente a todo lo que nos duele ver

El perro con sus ganas y yo con las mías

Tener una perrilla en el ojo
podría querer decir:

No seré más la perra que acostumbro
o esta perra vida arrastra a quien se deje

Mi suegro esta vez tocó la orilla de vuelta
su corazón late normalmente
como un prodigioso milagro seguirá cocinando
con esas manos grandes
como lo más hermoso que heredó a mi marido
ese al que le duele el corazón

Tengo una perrilla en el ojo
no me deja ver con claridad

Mi prima menor estuvo a punto
entramos a la sala 19 de oncología

yo no sé nada pero algo huele mal
ahí como un testigo callado

            los ríos que siguen caminando           callados                      llegan al mar

con qué silencio

La vida se desdobla frente a mis ojos
y yo tengo una perrilla           perra suerte
la vida no es cuestión de suerte ¿o si?

Los perros copulan en conjunto
nunca un solo perro
o un perro solo cogiéndose a la perra
hay cuatro o cinco y la perra queriéndose escapar
¿Por qué no goza?
¿Será como eso que dicen de que no nos permitimos la felicidad?

Mi suegro hace los camarones con coco más deliciosos

Fue en una cena anterior cuando me reconcilié con sus manos
Filete Wellington                   con su chimenea y todo
¿Cómo habrán sus manos tomado el rollo completo
envolviendo esa carne jugosa roja    llena de vida
gracias a una vaca muerta?

Hay una vaca muerta reposando en la hierba
gusanos de este mundo deleitándose           
hormigas iniciando caminos

La vaca viva esta vez para darnos gozo
en este filete envuelto en pasta hojaldrada
odiaba al hombre que no podía coger el sartén por el mango
su debilidad era la mía
era como verme bajo un árbol hermoso al que todos subirían                     
menos yo        porque era gorda

Debe ser por su padre            el padre atado a las faldas de su madre
qué tonta         odiaba aquel cuerpo gordo
también veía mi debilidad en él
tanta grasa acumulada cubriendo algún dolor
un día en que el padre no estuvo y la madre hizo una mala jugada
contigo                       conmigo                      con nosotros
haciéndonos sentir culpables por algo que no habíamos hecho todavía

Ya estoy tocando el punto de la abuela y
así todo podría estar suelto pero no
sueño con mi abuela gorda     está muriendo
tanta delgadez me espanta    
sus ojos más grandes y oscuros         
como el café que tantas veces bebimos juntas

            No te mueras qué voy a hacer

            Quedarte con tu silencio menor

Mi suegro        mi abuela                    y yo
cocinamos para día de muertos mucbi pollo
un guiso con manteca cerdo   pollo y achiote
batimos la masa con todas nuestras manos
seis gordas manos hundiéndose en el maíz molido
sin hacernos preguntas           sin mirarnos a los ojos
sin saber que la muerte estaba ahí

Pulpa y semillas pintando nuestros dedos
hojas de plátano quemadas

¿Quién quema las sábanas de enfermos virulentos?

Estábamos en la cocina soleada y
ahora en estos pasillos de hospital    
llenos de desechos que dan náusea

La noche fue condescendiente

Tengo una perrilla en el ojo y mi hermana está por parir
su tercer hijo me duele un poco
pero no tiene que ver conmigo
tal vez algo en mi trompa izquierda de falopio no ande bien

Mi perra                      perrita egoísta dolorosa

¿No entiendes de qué se trata esta vida?

La perra no llora                     su cuerpo se encorva
el perro otra vez haciendo de las suyas
así la vida satisface sus deseos
con planes magníficos para todos

            buenas noticias           el lunar es sólo un lunar

La muerte nos está rondando
de prisa despierten     háblenle bien pero que no se interese
ofrézcanle el guiso pero que se lo lleve en hoja de plátano

Tengo una perrilla en el ojo
quizá esté muerta

¿Cómo me quito este cadáver?

Poema tomado de Blanco Móvil


JOSÉ BAROCIO

En el lago lamoso
rescato los peces
que se pasean
en lo oscuro
que parece un abismo;
los peces rojos se alimentan
de semen; en este lago abandonado
los hombres que se descubren
el juego que crean erecciones perfectas
para venirse mil veces
y los peces ávidos de alimento
persiguen el más preciado
de los frutos que ellos dejan
en el manto de agua
donde las hojas se pudren.
Ah los peces de mirada turbia y ojos
espantosos
esperan que el juego inicie
y en cada aspavamiento que las manos estrujan
en el más vil salvajismo
que hace descansar
esos cuerpos colmados de semen, rostros hinchados
en las espinillas, el acné
que el tiempo define una sexualidad
apenas iniciada; todos los pensamientos
provienen de un deseo nunca colmado
y siempre a flor de jaladas,
desquitándose de esa agonía
cada que en su mente se piensa.

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