La poesía erótica es extensa, tan extensa como el deseo y la piel
sugerida. La selección que aquí presento es sólo un acercamiento que parte de
la transmisión en Periscope (ahora en Youtube) de un programa en el que hablo
brevemente sobre la historia de la poesía erótica. En la segunda parte del
programa, leí a algunos de mis poetas favoritos en el tema y otros poemas más,
que en la preparación del material, me fueron proporcionados. Como toda
antología o selección, deja fuera muchos autores que deberían ser leídos; no
obstante, la invitación es para el lector curioso. De él dependerá el
descubrimiento, los hallazgos.
La selección prescinde de rigurosidad, presenta a los
autores tal como se presentaron a la hora de la preparación del tema. Por
cuestiones de tiempo, en el programa, no puede leer todas las voces reunidas,
de ahí, que los comparta aquí. Poetas del amor carnal, del desamor, del dolor,
de la ausencia… En fin, poetas del cuerpo, ese cuerpo ardiente tantas veces
desgarrado.
SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
Detente sombra
Detente, sombra de mi
bien esquivo,
imagen del hechizo que
más quiero,
bella ilusión por
quien alegre muero,
dulce ficción por
quien penosa vivo.
Si al imán de tus
gracias, atractivo,
sirve mi pecho de
obediente acero,
¿para qué me enamoras
lisonjero
si has de burlarme
luego fugitivo?
Mas blasonar no
puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí
tu tiranía:
que aunque dejas
burlado el lazo estrecho
que tu forma
fantástica ceñía,
poco importa burlar
brazos y pecho
si te labra prisión mi
fantasía.
ELSA CROSS
Amor el más oscuro I
Aquí comienzo a
amarte,
en estos muros
clarísimos,
en esta ciudad cálida
al tiempo de las lluvias.
(¿Dónde estás ahora,
esta primavera tarde
que pienso en ti?
¿Dónde estás,
ignorándolo todo?)
Aquí te descubro
inalcanzable y triste.
Dime qué pasos te
trajeron a estas tierras,
cómo abandonaste tu
gracia de elegido,
tu ministerio de
humildad;
qué suplicios te
agobian desde entonces
que violentan tu
rostro
y vierten en tu voz la
nostalgia y la ira.
Dime en qué forma eres
vulnerable
o ganas la lucidez en
un momento.
Qué caminos dejaste,
qué expiación te vence
y te despoja,
qué caminos seguiste
para llegar aquí,
desconocido y hermoso,
donde yo te amo.
ROSARIO CASTELLANOS
En el filo del gozo
I
Entre la muerte y yo
he erigido tu cuerpo:
que estrelle en ti sus
olas funestas sin tocarme
y resbale en espuma
deshecha y humillada.
Cuerpo de amor, de
plenitud, de fiesta,
palabras que los
vientos dispensan como pétalos,
campanas delirantes al
crepúsculo.
Todo lo que la tierra
echa a volar en pájaros,
todo lo que los lagos
atesoran de cielo
más el bosque y la
piedra y las colmenas.
Cuajada de cosechas
bailo sobre las eras
mientras el tiempo
llora por sus guadañas rotas.
Venturosa ciudad
amurallada,
ceñida de milagros,
descanso en el recinto
de este cuerpo que
empieza donde termina el mío.
II
Convulsa entre tus
brazos como mar entre rocas,
rompiéndome en el filo
del gozo o mansamente
lamiendo las arenas
asoleadas.
Bajo tu tacto tiemblo
como un arco en
tensión palpitante de flechas
y de agudos silbidos
inminentes.
Mi sangre se enardece
igual que una jauría
olfateando la presa y
el estrago
pero bajo tu voz mi
corazón se rinde
en palomas devotas y
sumidas.
III
Tu sabor se anticipa
entre las uvas
que lentamente ceden a
la lengua
comunicando azúcares
íntimos y selectos.
Tu presencia es el
júbilo.
Cuando partes, arrasas
jardines y transformas
la feliz somnolencia
de la tórtola
en una fiera
expectación de galgos.
Y, amor, cuando
regresas
el ánimo turbado te
presiente
como los siervos
jóvenes la vecindad del agua.
GRISELDA ÁLVAREZ
Anatomía Superficial
Oreja, mano, brazo,
pierna, ojo,
tu mitad que se ajusta
con la mía
en la superficial
anatomía
donde corren tu
audacia y mi sonrojo.
Para la sed, en tu
belleza mojo
los ojos insolados de
alegría
y convencida de mi
paganía
el árbol del asombro
te deshojo.
Apariencia no más. Por
dentro explora
tu oscuridad, tu sal,
tu vericueto,
virus, microbio,
célula y espora;
sangre y poder total
es tu sujeto:
la fealdad adentro te
decora
y te tiembla de muerte
el esqueleto.
Poema tomado de La lectura y el vuelo
CONCHA
URQUIZA
Un soñar con el pálido ramaje
y las llanuras donde cuaja el trigo,
un aspirar a soledad contigo
por los húmidos valles y el boscaje;
un buscar la región honda y salvaje,
un desear poseerte sin testigo,
un abrazado afán de estar contigo
viendo tu faz en interior paisaje:
tal fue mi juventud más verdadera;
en el clima ideal de tu dulzura
maduró mi divina primavera;
y tuve mi esperanza tan segura,
como que en la hermosura pasajera
se me entregaba, intacta, Tu hermosura.
SALVADOR NOVO
Este
perfume intenso de tu carne no es nada más que el mundo que desplazan
y mueven los globos azules de tus ojos
y
la tierra y los ríos azules de las venas que aprisionan tus brazos.
Hay
todas las redondas naranjas en tu beso de angustia
sacrificado
al borde de un huerto en que la vida se suspendió
por todos
los siglos de la mía.
Qué
remoto era el aire infinito que llenó nuestros pechos.
Te
arranqué de la tierra por las raíces ebrias de tus manos
y
te he bebido todo, ¡oh fruto perfecto y delicioso!
Ya
siempre cuando el sol palpe mi carne
he
de sentir el rudo contacto de la tuya
nacida
de la frescura de una alba inesperada,
nutrida
en la caricia de tus ríos claros y puros como tu abrazo,
vuelta
dulce en el viento que en las tardes
viene
de las montañas a tu aliento,
madurada
en el sol de tus dieciocho años,
cálida
para mí que la esperaba.
GONZALO
ROJAS
Retrato
de mujer
Siempre
estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola
en tu espejo, libre de marido, desnuda
en
la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que
te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y
el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.
Te
juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire
para
decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,
sino
lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que
nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca,
aunque
las venas te arden de eso que estoy diciendo.
Ponte
el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y
quémame en el último cigarrillo del miedo
al
gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con
la herida visible de tu belleza. Lástima
de
la que llora y llora en la tormenta.
No
te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago
tal
como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una
nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa
que
me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,
mujer,
y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.
Vienes
y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y
te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo
de
la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma
fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo.
Aquí, mujer, te dejo tu figura.
KYRA
GALVAN
Itzamaray
CORAL
BRACHO
Oigo tu
cuerpo
Oigo
tu cuerpo con la avidez abrevada y tranquila
de
quien se impregna (de quien emerge,
de
quien se extiende saturado, recorrido de esperma) en la humedad
cifrada
(suave oráculo espeso; templo)
en
los limos, embalses tibios, deltas,
de
su origen; bebo
(tus
raíces abiertas y penetrables; en tus costas
lascivas
-cieno brillante- landas)
los
designios musgosos, tus savias densas
(parvas
de lianas ebrias) Huelo
en
tus bordes profundos, expectantes, las brasas,
en
tus selvas untuosas,
las
vertientes. Oigo (tu semen táctil) los veneros, las larvas;
(ábside
fértil) Toco
en
tus ciénagas vivas, en tus lamas: los rastros
en
tu fragua envolvente; los indicios
(Abro
a tus muslos ungidos, rezumantes; escanciados de luz)
Oigo
en tus légamos agrios, a tu orilla: los palpos, los augurios
-siglas
inmersas; blastos-. En tus atrios:
las
huellas vítreas, las libaciones (glebas fecundas),
los
hervideros.
MINERVA MARGARITA VILLARREAL
Te
besaré largamente
mis
animales sueltos en el interior de tus sentidos
amándote
en tus entrañas
como
esquirlas de luz
Te
besaré
atravesaré
tu cielo
me
internaré en tus ramas
circularé
en tus líquidos
surgiré
de la yema de la corteza de tu tronco
me
alimentaré de tu jardín
Tu
voz en las colinas
y
los campos inmensos
como
tú los pensaste
tus
animales sueltos en el interior de mis sentidos
amándome
en mis entrañas
como
certeza
como
fruto como señal de territorio
Tu
voz en mis colinas
y
los campos inmensos
bajo
este cielo púrpura
esta
delicia o cauce a mitad de la lluvia
a
mitad del océano
porque
tu árbol enraíza
en
medio de mi vientre
y
esta tierra te vive
en
el principio y el fin
LINA ZERÓN
Jardín en llamas
Te amo porque tus
labios
saben a claveles y
magnolias,
tu espalda a frescas
hojas,
tu pecho a trino de
gorriones,
tus piernas a rojo
sauce,
tu sexo a enjambre de
abejas.
Porque tu cuerpo es
fuego de artificios
que explota en
horizonte nuevo,
se inundan mis
entrañas de sonidos.
Los jugos de mi
almendra
a incienso de violetas
huelen.
En tus dedos, infinita
noria soy.
Me acaricias con
ternura de algodones,
colmas mi vientre con
frutos esmeraldas.
Porque eres curva
perfecta
que se amolda a mi
cuerpo,
conviertes en jardín
mi corazón en llamas.
Poema tomado de Circulo de poesía
LUCÍA RIVADENEYRA
Dicen
Dicen que un buen baño
lo borra todo.
Yo tengo años de
bañarme
frotarme
enrojecerme
y no he podido
arrancarme
tus manos.
Poema tomado de Poesía.us
SILVIA TOMASA RIVERA
Lo que no me enseñaste
y aprendo cada día
es a lamer las heridas
y a abrir mi corazón a
los zarpazos.
El trópico y la cresta
de la ola,
nada tienen que ver
en este asunto.
Estoy sola, enraizada
de ti, contigo
me abro a tu
respiración
como me abro al viento
que me toca.
Abierta estoy a la
noche infinita
y entran en mí, cantos
y aullidos
peces y anturios,
y un olor a carne
tierna de perdices
que baja de los
riscos.
Todo sucede
lejos de la fuerza del
mar,
pegada a tu costilla.
Todo sucede
cuando te abres,
como un río que
amanece,
acá, en tus montañas.
Poema tomado de omni-bus
JULIA
SANTIBAÑEZ
Paradoja
Vivo
de frente,
dando
la cara.
Me
enseñaron que otra cosa
es
descortesía,
traición
o
franca retirada.
Cómo
explico que al darte la espalda
me
rendí por entero.
Ya después
Je suis ton old cunt open ou opened.
Paul
Verlaine
Te
maldigo como mujer que odia
y
no piensa en otra cosa.
Imagino
que te beso hasta dejarte herido
y
pequeño
para
que no huyas,
para
que busques refugio en mis pechos
y
pueda negártelo.
Pero
luego soy dócil en tu cama,
casi
agradecida.
Cuando
te vas recobro el aplomo
y
vuelvo a odiarte.
Ahora
con más ganas.
Las dos
Conoces
a la yo calma,
a
la coqueta inofensiva,
diurna
y musical.
Quién
sabe cuándo aflore
la
maliciosa,
viperina
y vengativa.
Pero
sé que ambas se hurgan
el
sexo.
Y
se huelen los dedos.
Poema tomado de Nalgas y libros
RODOLFO
NARÓ
Árbol
de la vida
I
Quiero
morir con una muerte ajena
La
tuya, la que tienes que vivir,
Se
esconde tras de tus ojos
Y
a diario ve desde tu mirada.
Abre
tus manos, mírate en mí,
Como
yo te estoy viendo.
Somos
mitades
Que
se funden avanzada la noche
Cuerpos
encontradizos
Que
tiemblan con el soplo del aliento.
Tierra
fértil donde nace la vida
Cada
noche que muero dentro.
II
Eres
habitación vacía con puertas paralelas,
Espacio
que respira el aire de la luna,
Sin
gravedad, a donde llego cada noche
Y
muero con la muerte que quieres darme,
Dentro
de ti, de tu espacio;
Cierras
las puertas con dos filos enrojecidos,
Quitas
más de lo que has dado, me cortas en pedazos,
Me
arrancas el oxígeno en breves espasmos.
Soy
tuyo, tu cansancio, tu vientre de piedra,
Cimiento
de los años, raíz de mis pensamientos,
Te
sé como a mis manos,
Te
subo como a un árbol.
Página web
Cuando te miro
me crece
un ejército de hormigas.
Avanza rumoroso por mis manos.
Me estira la piel.
Se anuncia, no me deja.
Desde mis piernas respiran —
un aire diminuto, entrecortado.
Desde el fondo
de mi vientre
presienten la obscuridad
más húmeda
del tuyo.
Como un sol negro
las hipnotizas.
Te huelo y
mis hormigas
se trastornan,
se tambalean.
Te toco
¿o sueño que te toco?
y corren enloquecidas.
Desde el fondo
de mi sangre
apresuradas,
sueñan
que hunden sus dientes
en tu carne,
y en la mordida sienten
tu parpadeo.
Crece en el aire
la anchura palpitante
de labios largos
entre tus piernas,
enrojecidos.
Tu más bella flor
carnívora
saborea sin cesar
el paso tenaz
demorado y repetido
de todas mis hormigas.
Adentro,
te descubro
hecha de hormigas negras
desquiciadas,
tan necias como las mías.
En el espejo doble
de hambre y sed
y sed y hambre
que ilusamente llamamos
nuestros cuerpos,
tus hormigas y las mías,
se topan boca a boca.
Se reconocen o se imitan,
se devoran o se extravían
confundidas
entre tantas hormigas
tan mordidas.
Página web
MARABUNTA
Alberto Ruy Sánchez
Cuando te miro
me crece
un ejército de hormigas.
Avanza rumoroso por mis manos.
Me estira la piel.
Se anuncia, no me deja.
Desde mis piernas respiran —
un aire diminuto, entrecortado.
Desde el fondo
de mi vientre
presienten la obscuridad
más húmeda
del tuyo.
Como un sol negro
las hipnotizas.
Te huelo y
mis hormigas
se trastornan,
se tambalean.
Te toco
¿o sueño que te toco?
y corren enloquecidas.
Desde el fondo
de mi sangre
apresuradas,
sueñan
que hunden sus dientes
en tu carne,
y en la mordida sienten
tu parpadeo.
Crece en el aire
la anchura palpitante
de labios largos
entre tus piernas,
enrojecidos.
Tu más bella flor
carnívora
saborea sin cesar
el paso tenaz
demorado y repetido
de todas mis hormigas.
Adentro,
te descubro
hecha de hormigas negras
desquiciadas,
tan necias como las mías.
En el espejo doble
de hambre y sed
y sed y hambre
que ilusamente llamamos
nuestros cuerpos,
tus hormigas y las mías,
se topan boca a boca.
Se reconocen o se imitan,
se devoran o se extravían
confundidas
entre tantas hormigas
tan mordidas.
Del libro Decir es desear (Alfagura, 2011).
JOSÉ
EUGENIO SÁNCHEZ
frente
a mi casa vive dios
en
una casa muy grande
que
tiene un inmenso jardín donde viven todos los gatos
el
jardinero de la casa de dios es un tipo musculoso
que
trabaja sin camisa
y
de vez en vez vemos a dios en calzones
escuchando
música en su cochera
o
abrazando como dios a una muchacha
que
lo abraza de la única manera en que se puede abrazar a dios
dios
observa a los gatos que persiguen el amor
y
las cucarachas
y
con un gesto riega las plantas cierra las puertas
revisa
su correspondencia o descorcha una polvorosa botella
así
todos los días hasta que un día y de pronto
desaparece
una
ambulancia afuera de su casa
nos
hubiera dejado un poco más claras las cosas
pero
no
sólo
se esfumó y ya
o
los gatos le dijeron: lárgate para siempre porque no haz hecho nada bueno
MÓNICA
GAMEROS
Extraño
la ansiedad de un torso en llamas/
Perdidos,
viven dedos imperiosos sobre mi clítoris/
nos
sepultamos bajo un alud atómico.
Una
voz se hace eco en el abismo/
quién
te necesita
si
el amor es un río en movimiento.
Mi
lengua yace fundida en la salvia de una boca sabor mar/
es
desierto/ fractal de ansia/
segundos
de luz se fugan/
sigo
aferrada a las costillas del demonio en turno.
MAR
BARRIENTOS
El
pie, es el beso abajo del tobillo,
orbita
la sonoridad en mi boca
el
beso se erige entre los jardines del instante y cedros,
Toco
mis labios con tu piel que construye mis símbolos de fuego en la memoria.
Las
lenguas del suspiro recorren los pies, las venas que llevan el peso del cuerpo,
la
uña composición visual que experimenta
mi ojo, descubro cada espacio con el beso que se deja en la curva de cada dedo,
es
el tacto,
es
el fuego cercano a los ríos incontenibles
duendes
del tiempo cruzan los pies,
la
arruga de la sábana roja
nuestra
tarde sin prisa.
BRENDA ROSALES
Cadencia
La ropa se ajusta al movimiento acelerado
de los cuerpos,
bailan rompiendo todo compás y todo ritmo,
atraviesan el umbral de la música
donde el silencio conduce.
Alcohol disuelto en la sangre
latidos hondos
luces de colores
sombras que van y vienen
un bullicio y un encuentro.
Par de desconocidos que se atreven a
besarse;
lenguajes que siendo distintos conjuntan un
mismo objeto,
germina en los ojos la complicidad, la
valentía.
Un beso de mezcal
un beso de cerveza,
un beso de música,
de pieles y sudores primeros;
un apretón certero e inesperado
asiente el otro cuerpo ya ausente de sí.
El progreso es inevitable,
se mudan los cuerpos a la oscuridad,
la luz ya es demasiada.
Alguien más en el mismo sitio
se conduce sola,
la ficción en sus articulaciones
dirige un estallido,
un estallido atrapado entre sus piernas
y un borde de madera
que vibra cual decibel emergente.
Son las manos del hacedor de sonidos;
cada mirada es un tacto nuevo
en un sitio distinto.
Sube desde los tobillos hasta las piernas
va por el abdomen para bajar de nuevo
las manos de la mujer en llamas
ayudan al voyeur que a la distancia
se integra al acto de unidad y comunión
conjunta.
Sigue el sonido escalando hasta el pecho,
la ropa juega con el cuerpo y expone fragmentos
de piel;
carnada sin anzuelo,
tiro al aire…
el preso que espera ser liberado
se apresa a sí mismo
por el deseo de tentar y ser tentado.
ODETTE ALONSO
Juegos de la memoria
Entre mis dedos
trenzas de estambre
humedecidas
en el umbral donde la
tarde se hace lúbrica.
Salobre
mi lengua
funda una eternidad
sobre tu pecho.
Detrás de las cortinas
un grito silenciado
tus uñas en mi
espalda.
Todos los sueños
convergen en el punto
adonde estallarán.
Los ojos han guardado
la memoria.
Poema tomado de Carruaje de pájaros
KENIA CANO
Perilla
Hay algo que no quiero
ver pero es pequeño
Tengo una perrilla en
el ojo izquierdo
y como cuenta el
refrán popular
vi perros copulando:
el macho quería
alcanzarla
con esa cosa
incómoda roja al descubierto
queriéndola tocar
El perro abraza a la
perra por la cintura
con sus dos patas
traseras apenas guardando el equilibrio
como nosotros tratando
de guardar la calma siempre
frente a todo lo que
nos duele ver
El perro con sus ganas
y yo con las mías
Tener una perrilla en
el ojo
podría querer decir:
No seré más la perra
que acostumbro
o esta perra vida
arrastra a quien se deje
Mi suegro esta vez
tocó la orilla de vuelta
su corazón late
normalmente
como un prodigioso
milagro seguirá cocinando
con esas manos grandes
como lo más hermoso
que heredó a mi marido
ese al que le duele el
corazón
Tengo una perrilla en
el ojo
no me deja ver con claridad
Mi prima menor estuvo
a punto
entramos a la sala 19
de oncología
yo no sé nada pero
algo huele mal
ahí como un testigo
callado
los ríos que siguen caminando callados llegan al mar
con qué silencio
La vida se desdobla
frente a mis ojos
y yo tengo una
perrilla perra suerte
la vida no es cuestión
de suerte ¿o si?
Los perros copulan en
conjunto
nunca un solo perro
o un perro solo
cogiéndose a la perra
hay cuatro o cinco y
la perra queriéndose escapar
¿Por qué no goza?
¿Será como eso que
dicen de que no nos permitimos la felicidad?
Mi suegro hace los
camarones con coco más deliciosos
Fue en una cena
anterior cuando me reconcilié con sus manos
Filete Wellington con su chimenea y todo
¿Cómo habrán sus manos
tomado el rollo completo
envolviendo esa carne
jugosa roja llena de vida
gracias a una vaca
muerta?
Hay una vaca muerta
reposando en la hierba
gusanos de este mundo
deleitándose
hormigas iniciando
caminos
La vaca viva esta vez
para darnos gozo
en este filete
envuelto en pasta hojaldrada
odiaba al hombre que
no podía coger el sartén por el mango
su debilidad era la
mía
era como verme bajo un
árbol hermoso al que todos subirían
menos yo porque era gorda
Debe ser por su
padre el padre atado a las
faldas de su madre
qué tonta odiaba aquel cuerpo gordo
también veía mi
debilidad en él
tanta grasa acumulada
cubriendo algún dolor
un día en que el padre
no estuvo y la madre hizo una mala jugada
contigo conmigo con nosotros
haciéndonos sentir
culpables por algo que no habíamos hecho todavía
Ya estoy tocando el
punto de la abuela y
así todo podría estar
suelto pero no
sueño con mi abuela
gorda está muriendo
tanta delgadez me
espanta
sus ojos más grandes y
oscuros
como el café que
tantas veces bebimos juntas
No te mueras qué voy a hacer
Quedarte con tu silencio menor
Mi suegro mi abuela y yo
cocinamos para día de
muertos mucbi pollo
un guiso con manteca
cerdo pollo y achiote
batimos la masa con todas
nuestras manos
seis gordas manos
hundiéndose en el maíz molido
sin hacernos
preguntas sin mirarnos a los
ojos
sin saber que la
muerte estaba ahí
Pulpa y semillas
pintando nuestros dedos
hojas de plátano
quemadas
¿Quién quema las
sábanas de enfermos virulentos?
Estábamos en la cocina
soleada y
ahora en estos
pasillos de hospital
llenos de desechos que
dan náusea
La noche fue
condescendiente
Tengo una perrilla en
el ojo y mi hermana está por parir
su tercer hijo me
duele un poco
pero no tiene que ver
conmigo
tal vez algo en mi
trompa izquierda de falopio no ande bien
Mi perra perrita egoísta dolorosa
¿No entiendes de qué
se trata esta vida?
La perra no llora su cuerpo se encorva
el perro otra vez
haciendo de las suyas
así la vida satisface
sus deseos
con planes magníficos
para todos
buenas noticias el lunar es sólo un lunar
La muerte nos está
rondando
de prisa
despierten háblenle bien pero que no
se interese
ofrézcanle el guiso
pero que se lo lleve en hoja de plátano
Tengo una perrilla en
el ojo
quizá esté muerta
¿Cómo me quito este
cadáver?
Poema tomado de Blanco Móvil
JOSÉ BAROCIO
En el lago lamoso
rescato los peces
que se pasean
en lo oscuro
que parece un abismo;
los peces rojos se alimentan
de semen; en este lago abandonado
los hombres que se descubren
el juego que crean erecciones perfectas
para venirse mil veces
y los peces ávidos de alimento
persiguen el más preciado
de los frutos que ellos dejan
en el manto de agua
donde las hojas se pudren.
Ah los peces de mirada turbia y ojos
espantosos
esperan que el juego inicie
y en cada aspavamiento que las manos estrujan
en el más vil salvajismo
que hace descansar
esos cuerpos colmados de semen, rostros hinchados
en las espinillas, el acné
que el tiempo define una sexualidad
apenas iniciada; todos los pensamientos
provienen de un deseo nunca colmado
y siempre a flor de jaladas,
desquitándose de esa agonía
cada que en su mente se piensa.
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