POEMA DE LA SEMANA El paranoico y El afán del sendero, de Josué Mirlo




EL PARANOICO

A Lamberto Alarcón

Conociéndome
de una sensibilidad
no encadenada al mundo de las formas,
siento voluptuosidad
al conectar mis nervios con las cosas
para hacerlas vivir, al mismo tiempo,
la vibración azul de mi esperanza;
¡que es llegar a ser Dios!
¡Qué triunfo el mío
cuando me sienta Dios!
¡Qué embriaguez de mí mismo
cuando en su grito puro 
galope el Universo 
para decirme: —¡DIOS!— 
Como un nuevo Quijote 
haré de Sancho Panza 
al viejo Dios mediocre.
Soles lilas entonces
lunarán en mi lanza:
y en un paisaje áspero
de luces invertidas
donde relinchen mares
y selvas y montañas
como caballos jóvenes,
picotearán mis sombras
la Humanidad podrida...
Y mi Escudero Ingenuo,
¡llorará su derrota!


EL AFÁN DEL SENDERO 

A Esteban Nava Rodríguez 

Hace millones de años, cuando yo sólo era
voluntad en retoño, me fascinó ser Hombre!
Sólo mi afán inquieto me proyectó la senda...
y para ser humano:
tuve que ser primero cuarzo policromado;
después,
árbol que apuñalara, todos los horizontes...
y luego, una mañana, me desperté ya hombre.
Y hoy que vivo los hombres, ¡doy de inútil mi afán!...
Más me hubiera valido
vivir mi sueño augusto de cuarzo polícromo,
y, cuando me sintiera grandemente aburrido:
Platicar de los hombres, con la Esfinge y con Dios!...



JOSUÉ MIRLO. Genaro Robles Barrera, Josué Mirlo, nació en Capulhuac Estado de México, el 10 de julio de 1901. Fue hijo de don Feliciano Robles y doña María de Jesús Barrera.
        Inició su educación primaria en su pueblo natal y la concluyó en Toluca. En 1920, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria. En 1922, resultó vencedor en unos juegos florales que organizó
el Consejo Cultural de la ciudad de México, fue entonces cuando adoptó su famoso seudónimo literario Josué Mirlo.
        En l925, ingresó a la Escuela Nacional de Medicina, pero tuvo que abandonar los estudios dos años después. Durante
su estancia en la capital pudo relacionarse con numerosos poetas, artistas e intelectuales. Solía frecuentar El café de
nadie, en donde Manuel Maples Arce, Arqueles Vela y Germán Liszt Arzubide fraguaron el estridentismo. En 1929 y 1933, fue profesor del Instituto Científico y Literario del Estado de México. La última parte de su vida la dedicó a la poesía y a la enseñanza, como profesor rural.
        Su primer libro, Manicomio de paisajes, fue editado en 1932, cuando era profesor del Instituto. Aparecieron después Cuarteto emocional, Baratijas, Museo de esperpentos, Rosamar, Monigotes y La caballona. Murió en Capulhuac el 28 de diciembre de 1968.

Fuente: Antología de poesía hispanoamericana. Si alguien desea el documento en PDF, favor de solicitar a nadiacontrerasavalos@gmail.com 

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