RESEÑA Cuatro poetas, una misma raíz. La Laguna en la voz y la memoria”. Comentarios sobre la presentación del libro Desierto amor


Este miércoles 5 de noviembre, en la Galería IMCE, se llevó a cabo, de forma híbrida (presencial y virtual), la presentación del libro Desierto amor. Cuatro poetas torreonenses, publicado dentro de la colección Viento y Arena del Instituto Municipal de Cultura y Educación de Torreón (IMCE). La obra reúne la poesía de Gilberto Prado Galán, Marianne Toussaint, Jorge Valdés Díaz-Vélez y Édgar Valencia, con prólogo de Jaime Muñoz Vargas y selección y compilación a cargo de Jorge Valdés Díaz-Vélez, quien participó desde España a través de Zoom.

Tuve el honor de moderar esta presentación en mi calidad de coordinadora de Literatura del IMCE,  acompañada por un público que se hizo presente en la galería del instituto, y también por quienes siguieron la transmisión en vivo. Como suele suceder con los eventos híbridos, al principio enfrentamos algunos problemas técnicos con el audio, pero pronto la palabra tomó su lugar y la sesión fluyó con naturalidad. 


Durante el encuentro se leyeron las semblanzas de Jorge Valdés Díaz-Vélez y Jaime Muñoz Vargas, dos figuras imprescindibles en la literatura lagunera. Valdés, autor de más de veinte libros de poesía y ganador de diversos premios nacionales e internacionales, reside actualmente en España. Muñoz Vargas, narrador, ensayista y editor, es además el prologuista de Desierto amor.

Jaime Muñoz recordó que este libro fue una idea compartida entre Gilberto Prado Galán y Jorge Valdés Díaz-Vélez, dos amigos que, a pesar de la distancia, continuaban dialogando sobre literatura, La Laguna y el paso del tiempo. Contó que, poco antes de su fallecimiento en 2022, Gilberto le había enviado la selección definitiva de los poemas para el prólogo, reafirmando así su papel fundamental en la gestación de este proyecto. Verlo hecho libro, dijo Jaime, es “una forma de tenerlo de vuelta”.

Habló de su amistad con Jorge, de los cafés compartidos y de las conversaciones que se mantienen en la memoria como una prolongación del afecto. Destacó también que el libro representa un retrato coral de la poesía lagunera contemporánea: cuatro voces distintas que dialogan con el paisaje y la memoria del desierto, entre la pasión y la contemplación.

Muñoz subrayó la relevancia de los cuatro autores: la prolífica obra de Gilberto Prado Galán, con más de veinte títulos entre poesía, ensayo y periodismo; la trayectoria sólida de Jorge Valdés, único lagunero en recibir el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes; la voz íntima y clara de Marianne Toussaint, hija de la poeta Enriqueta Ochoa; y el rigor poético y académico de Édgar Valencia, reconocido editor y estudioso de la literatura mexicana. “Una semblanza —dijo— siempre se queda corta. No cabe una vida entera en una página; son vidas llenas de libros, de presentaciones, de premios, de amistades y de viajes”.

El libro está organizado de manera sencilla: abre con el prólogo de Jaime Muñoz y continúa con la obra de los cuatro poetas, en este orden: Gilberto Prado Galán, Marianne Toussaint, Jorge Valdés Díaz-Vélez y Édgar Valencia. Cada sección incluye entre quince y veinte poemas, cerrando con las semblanzas de los autores, que permiten asomarse a su vida y a su trayectoria.

Desde Madrid, Jorge Valdés Díaz-Vélez compartió sus reflexiones sobre el proceso de compilación y la importancia de publicar en una colección como Viento y Arena. Habló con serenidad y calidez, agradeciendo al IMCE por su respaldo y a los asistentes por mantener viva la conversación poética. Contó que el proyecto nació de largas charlas con Gilberto Prado Galán, donde la literatura y el recuerdo de Torreón siempre estaban presentes.

“Queríamos reunir a cuatro poetas laguneros —dijo— que, aunque vivimos fuera, seguimos ligados a nuestra tierra. Era una forma de devolverle a Torreón un poco de lo que nos dio”. Explicó también que él mismo revisó y ordenó los textos para dar coherencia al conjunto, limitando a cada autor a unas veinticinco páginas para conservar la unidad del libro. El título Desierto amor surgió de una intuición compartida: la idea de que la mayoría de los poemas hablaban de afecto, pérdida y memoria.

Hubo momentos especialmente emotivos, como cuando Jorge envió un saludo a Patricia Prado Galán, hermana de Gilberto, quien estaba presente entre el público. También estuvieron al pendiente de la transmisión y dejaron su comentario en la fan page del Instituto los poetas antologados Marianne Toussaint y Édgar Valencia. Otro punto destacado de esta actividad fue la lectura de varios poemas de la antología, a cargo de Jorge Valdés Díaz-Vélez y Jaime Muñoz Vargas.

Cierro parafraseando las palabras de nuestros autores invitados: “Desierto amor lo confirma: la literatura lagunera goza de buena salud y continúa respirando entre quienes la nombran, la leen y la mantienen viva”.

Ver la trasmisión aquí: 


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