Este poema surge de la colaboración con los lectores, quienes sugieren temas y palabras a través de mi página de Facebook o de manera personal. Es una invitación a crear juntos, donde sus ideas influyen en el poema. Así nace el hashtag #PoemaASolicitud, que refleja esta conexión entre autor y lectores. Te invito a que compartas también tus creaciones en el apartado de comentarios. Ten paciencia, una vez moderadas, se publicarán.
En la penumbra me acerco,
toco la corteza del árbol
y siento algo antiguo
que despierta.
¿Qué secretos encierra su piel?
¿Qué murmullos viven
entre las ramas y bajo la superficie?
Me pregunto,
mientras mis dedos
acarician
el latido oculto.
Ellos me observan,
siguen mi paso errante,
mi sombra fugaz.
Envidio su serenidad,
la paz que florece en sus hojas;
en el alma,
arde el ansia,
el tiempo, la prisa.
Fijos en el suelo,
son dueños del instante,
testigos de eras
en agitación cósmica.
Nosotros, en cambio,
ansiosos
por aquello
que no logramos retener.
¿Acaso no lo ves?
Los árboles hablan de cambios
como figuras de ajedrez
tocadas por el pulso de la tierra.
Sostienen el mundo,
vivos en su quietud.
***
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