En la espalda o en la mejilla
el pequeño abismo,
esa burbuja
de agua y sal.
El odio
hundió sus raíces
en tierra infértil.
No hay amor, dijo,
y las caricias fueron hielo.
[Yo creía en el amor;
el amor cobijaba
los reflejos,
el caleidoscopio quemado].
El odio
muy dentro
de la memoria
cuando cierro los ojos.
2 Comentarios
ResponderEliminarhojas
lengua de nnudos ba
sinica de hilos per
didos si lo perdido
comido es o era o
el fin rerememorado
fué será lo mismo
nnumca ssiempre la
nada cosa alguna me
llena la silla donde
se me duermen las
nnalgas y yo en ca
camino con el celular
que me raspa que me
rraspa el vivi
ento del ente en
envenenado que me
ttuerce el pepescuezo
ppapel rasgado que me llee
Gracias, infinitas.
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