Observa la fotografía que antecede a este texto. a) Piensa en esta imagen e intenta relacionarla con tu vida. b) Recuerda cada detalle de ese episodio; abre tus sentidos: huele, escucha, siente... ¿Qué importancia tiene ese personaje que evocas a partir de la fotografía? ¿Qué anécdotas surgen? ¿Qué sensación te provoca su sonrisa, sus arrugas, el jardín que la rodea? ¿Cuál es tu experiencia al enfrentar el paso de los años, la edad? c) Hagan que el momento en cuestión les cuente algo más, por ejemplo: ¿qué hay más allá de la misma imagen? ¿más allá del momento mismo en que alguien hizo la captura? d) Escribe tus impresiones sobre ese momento. No te preocupes si las ideas de lo que escribes están desordenadas, lo importante aquí es la confesión que lograrás con el objeto en relación con tu vida. e) Preséntalas a manera de poema en verso o prosa. VIGENCIA DEL CONCURSO El ejercicio cierra el sábado 20 de julio de 2019. Los autores de los poemas mejor realizados recibirán un diploma virtual y los poemas se publicarán en la revista Bitácora de vuelos. Usa la sección de "Comentarios" para escribir el poema o los poemas. Los mensajes se moderan, te pido un poco de paciencia para que los veas publicados. INVITACIÓN Tenemos un grupo en Facebook. Si deseas formar parte da click AQUÍ
Sí claro, mi niña, estaba feliz, feliz Agradecida de la noche de lluvia
Agradecí la frescura de la mañana que dejan las aguas -aunque sea un ratito-. Agradecí al árbol viejo en el patio el que plantó el abuelo, donde vamos a pone tu columpio, por su verde permanencia
También el árbol estaba feliz, ya ves, levanta sus hojas cuando amanece Bajo su cobijo fuimos una única sombra desperdigándose, fragmentaria, quiero decir mi niña, que se hizo trozos de a poquito nuestra sombra en el vuelo de pájaros y la caída de sus hojas. Caminé. El crack de mis pasos en la hojarasca me hizo sonreír, “qué familiar es tu sonido, le dije a la hojarasca”
Agradecí el sonido
Tomé hojas secas, las levanté y también volaron, mi niña, e intenté abrazarlas, como al abuelo, por eso en ese instante cuando llegaron tú y tu papi, me vieron con los brazos al cielo, como si rezara. Agradecía que puedo abrazarte con fuerza, por eso me encontraron feliz.
La ves? La veo, como aquel viejo ombú incansable de echar raíces, evidencia cada paso con aquellas ramas, cada brote deja secuelas, demuestra de vida. No hay vida eterna pero hay recuerdos que perduran en el tiempo hay momentos que sólo fueron de un instante e instantes vividos muy intensos. La ves? La veo, Contempla cada estación del año, deja fluir todos los sentidos. Aroma de flores que invaden su olfato, el viento la acaricia y eriza su dermis, el calor, el frío no la inmutan. Colores infinitos ornamentan su espacio el sabor suave de los frutos deleitan el alma el crujir de las doradas hojas secas son copia de su piel, reproducen el largo camino transitado. La ves? La veo, Se acerca al final del sendero, sus ojos son grandes y brillan la emoción se hace presente en sus venas su corazón se acelera gratamente ríe con ternura y picardía sus brazos se elevan delicadamente. La ves? La veo, camina y no mira atrás la tranquilidad invade su ser ella lo sabe, lo siente deja un legado de amor y experiencias deja su cosecha sabe que fue buena siembra.
4 Comentarios
Sí claro, mi niña, estaba feliz, feliz
ResponderEliminarAgradecida de la noche de lluvia
Agradecí la frescura de la mañana que dejan las aguas
-aunque sea un ratito-. Agradecí al árbol viejo en el patio
el que plantó el abuelo, donde vamos a pone tu columpio, por su verde permanencia
También el árbol estaba feliz, ya ves, levanta sus hojas cuando amanece
Bajo su cobijo fuimos una única sombra desperdigándose, fragmentaria, quiero decir mi niña, que se hizo trozos de a poquito nuestra sombra en el vuelo de pájaros y la caída de sus hojas. Caminé. El crack de mis pasos en la hojarasca me hizo sonreír, “qué familiar es tu sonido, le dije a la hojarasca”
Agradecí el sonido
Tomé hojas secas, las levanté y también volaron, mi niña, e intenté abrazarlas, como al abuelo, por eso en ese instante cuando llegaron tú y tu papi, me vieron con los brazos al cielo, como si rezara. Agradecía
que puedo abrazarte con fuerza, por eso me encontraron feliz.
Felicidades
Eliminarhttps://www.nadiacontreras.com.mx/2019/07/ganador-del-concurso-escribirpoesia-no.html?m=1
La ves?
ResponderEliminarLa veo,
como aquel viejo ombú
incansable de echar raíces,
evidencia cada paso con aquellas ramas,
cada brote deja secuelas, demuestra de vida.
No hay vida eterna
pero hay recuerdos que perduran en el tiempo
hay momentos que sólo fueron de un instante
e instantes vividos muy intensos.
La ves?
La veo,
Contempla cada estación del año,
deja fluir todos los sentidos.
Aroma de flores que invaden su olfato,
el viento la acaricia y eriza su dermis,
el calor, el frío no la inmutan.
Colores infinitos ornamentan su espacio
el sabor suave de los frutos deleitan el alma
el crujir de las doradas hojas secas son copia de su piel,
reproducen el largo camino transitado.
La ves?
La veo,
Se acerca al final del sendero,
sus ojos son grandes y brillan
la emoción se hace presente en sus venas
su corazón se acelera gratamente
ríe con ternura y picardía
sus brazos se elevan delicadamente.
La ves?
La veo,
camina y no mira atrás
la tranquilidad invade su ser
ella lo sabe, lo siente
deja un legado de amor y experiencias
deja su cosecha sabe que fue buena siembra.
Me gusta mucho ir al parque
ResponderEliminary caminar entre árboles
permito que el viento aparte
y aleje todos mis males
Mis gafas me ayudan a ver
hermosas rosas florecer
mis manos disfrutan tocar
aves que suelo alimentar
Convivo con mis amigas
saludo al paso del tiempo
les digo que en mis arrugas
el ocaso en paz contemplo
Así veo mi senectud
feliz, inmensa y radiante
viviendo en total plenitud
disfrutando cada instante
autora: María Serlug.
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