MISCELÁNEA Algunas reflexiones sobre Magda Briones y la multidimensionalidad del arte femenino, por Nadia Contreras


Las mujeres que exploran diversas disciplinas artísticas, como la pintura, la literatura y la danza, no solo muestran una asombrosa habilidad técnica, sino que también representan un poder creativo que desafía los límites de lo convencional. Este enfoque multidisciplinario constituye una forma de resistencia y reconfigura el rol de la mujer en el arte, un espacio históricamente dominado por normas rígidas y, en muchos casos, por estructuras patriarcales.
 
A través de la pintura, la literatura y la danza, tejen narrativas que cruzan fronteras artísticas y cuestionan las dinámicas de poder, identidad, cuerpo y emoción. Cada disciplina les permite explorar una dimensión diferente de la existencia humana. Este entrelazamiento de formas de arte, a menudo realizado de manera fluida y sin separaciones claras, refleja una comprensión más rica y compleja de lo que significa ser mujer en el mundo contemporáneo. No hay un solo modo de ser mujer, ni una única manera de expresarse, y estas artistas lo demuestran al entrelazar los lenguajes artísticos, creando una obra que es a la vez un manifiesto personal y un reflejo de las conexiones que existen entre todos los aspectos de la vida humana.

Intervención de la escritora Nadia Contreras

Además, al manejar varias disciplinas, estas mujeres actúan como testigos de un proceso de creación que no se limita a un solo medio, sino que explora la intersección de ideas, sentimientos, historias y mundos. En sus obras, el todo es más grande que la suma de sus partes. Cada obra se complementa con las demás, generando una sinergia que permite a los espectadores experimentar una conexión más profunda con las realidades que se están representando.
 
Un ejemplo destacado de esta versatilidad es Magda Briones (Durango,16 de septiembre de 1926-Torreón, 19 de enero de 2022). Fue una figura emblemática en la cultura lagunera, destacándose como una talentosa bailarina, activista y prolífica autora de literatura y teatro. Su obra literaria y dramática refleja un profundo compromiso con las problemáticas sociales, destacándose especialmente por su enfoque innovador, que enriqueció el panorama cultural de México. Briones fue una de las figuras más influyentes en la dramaturgia de la Comarca Lagunera, convirtiéndose en una de las principales exponentes del teatro en Torreón. Su labor no solo marcó un antes y un después en la escena cultural de la región, sino que también contribuyó al desarrollo de una comunidad teatral en un entorno en el que, aunque la literatura tenía su espacio, el teatro aún carecía de una base sólida de escritores.



Hablar de Briones, a quien con el paso de los años he descubierto en sus diferentes facetas, me hace recordar el poema de Jaime Torres Boded, titulado “Danza”. Leamos: Llama / que por morir más pronto se levanta, / flotas entre las brasas de la danza. / Y te arranca de ti, / al principiar, un salto tan esbelto / que el sitio en que bailabas / se queda sin atmósfera. / Así el pedazo negro de la noche / en que pasó un lucero. / Pero de pronto vuelves / del torbellino de las formas / a la inmovilidad que te acechaba / y ocupas, / como un vestido exacto, / el hueco / de tu propia figura.
 
El poema Danza de Jaime Torres Bodet describe el movimiento del cuerpo como una extensión del alma, como un proceso de transformación en el que se pasa de la explosividad del movimiento al equilibrio interior. Este contraste, entre el torbellino de la danza y la calma final, refleja la fluidez y el control que son característicos de la danza española, especialmente en el estilo que Briones interpretaba. El “hueco de tu propia figura” que ocupa al final del poema, como un vestido exacto, puede referirse a cómo, al final de cada danza, el bailarín encuentra su propia identidad dentro del movimiento. El cuerpo ya no está perdido en la efusión del momento, sino que regresa a la quietud, como el final de una coreografía, pero a su vez ha dejado una huella en el espacio. En el caso de Magdalena Briones, quien fue una de las primeras en difundir la danza española en México, ese “torbellino de formas” es una representación de la profundidad emocional y la expresión de la cultura española que la danza encarna.
 
Fue conocida como “La Maja Mexicana” debido a su conexión con la danza española y su estilo único, que evocaba la figura de la maja tradicional, un arquetipo asociado con la mujer española elegante, apasionada y enérgica. Esta figura es conocida en la pintura y el folclore español, particularmente a través de obras como las de Francisco de Goya. Su forma de bailar y su presencia artística resonaban con esa idea de una mujer fuerte, sensual y culturalmente rica, características que la hicieron merecedora del título.
 
Entre sus obras teatrales más importantes se encuentran Hipótesis, A veces es nunca más y Mar de niebla, montadas por el reconocido director Rogelio Luévano en el emblemático Teatro Martínez. Briones combinó la poética teatral con una aguda crítica social, logrando que cada puesta en escena fuera una experiencia transformadora para el espectador. Su enfoque sobre la literatura y el teatro está marcado por una mirada profundamente femenina que desafiaba las normas tradicionales. Su propuesta literaria y teatral destaca por su capacidad para explorar las emociones, las luchas internas y las contradicciones de las mujeres, presentándolas como seres complejos, poderosos y multifacéticos.
 
A pesar de que la narrativa histórica masculina a menudo minimiza su participación, las mujeres han jugado un papel fundamental en la construcción de la cultura en México. A lo largo de la historia, han influido y transformado la realidad del país desde diversas perspectivas, especialmente en el arte, como la dramaturgia y el teatro. Estos campos, predominantemente dominados por hombres debido a la falta de acceso equitativo a los espacios culturales, han sido testigos de una valiosa y trascendental participación femenina.
 
Un claro ejemplo de esta contribución es Amalia González Caballero de Castillo Ledón, quien luchó por los derechos de las mujeres, fundó el Ateneo Mexicano de Mujeres y creó el grupo teatral “La Comedia Mexicana”. Su obra más conocida, Cuando las hojas caen (1929), abordó temas controversiales como el divorcio. Por su parte, Luisa Josefina Hernández, una de las dramaturgas más importantes del siglo XX, destacó no solo por su producción literaria sino también por su trabajo en la cátedra universitaria, donde exploró temas relacionados con las mujeres en obras como La paz ficticia (1960) y El orden de los factores (1983). Margarita Urueta, quien estudió teatro en Europa, fundó su propio teatro en México y se caracterizó por retratar personajes inconformes con su vida, explorando la política y el papel de las mujeres en sus obras como Ave de sacrificio (1942) y La mujer transparente (1959). También destacó Olga Harmony, una crítica de teatro esencial en México, y Sabina Berman, dramaturga contemporánea con reconocimiento internacional, cuya obra aborda temas como el poder, la sexualidad y las relaciones de género, destacándose obras como Entre Pancho Villa y una mujer desnuda y Testosterona.
 
Incluyamos en la biografía su incursión como escritora y articulista destacada, lo que le permitió conectarse con un público diverso y abordar temas de actualidad y problemáticas sociales. Su influencia creció rápidamente, consolidándola como una de las voces más relevantes de su tiempo. A través de sus textos, no solo informaba sobre cuestiones urgentes, sino que inspiraba a la acción, utilizando su pluma como una poderosa herramienta para empoderar a las comunidades y fomentar el cambio social. Su compromiso con el medio ambiente se reflejó en sus escritos donde hacía un llamado a la conservación y al respeto por la naturaleza. Esto le permitió ganar el reconocimiento como una voz respetada en la lucha por un mundo más justo y sostenible.
 
Puedo sugerir que el trabajo de la autora de Mar de niebla, es similar al de Rachel Carson, bióloga marina y escritora de naturaleza, quien dedicó su vida a la defensa del entorno. Carson fue pionera del movimiento ambientalista y jugó un papel clave en la creación de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Su libro Primavera Silenciosa (1962), que denunció el uso de pesticidas como el DDT, fue fundamental para sensibilizar sobre los daños medioambientales y en la creación de leyes ambientales importantes. Escribió varios libros, entre ellos El Mar que Nos Rodea (1951), que ayudaron a conectar al público con la naturaleza.
 
Una de las principales cualidades de nuestra autora era su comprensión del arte como una herramienta fundamental para la expresión tanto individual como colectiva, además de ser un reflejo de las estructuras sociales de una comunidad. A lo largo de la historia, el acceso al arte ha estado controlado por las élites, lo que ha generado una distinción entre el arte 'legítimo' y el 'popular'. Sin embargo, el arte tiene el poder de desafiar estas jerarquías sociales, otorgando voz a los grupos marginados y permitiéndoles visibilizar sus luchas, así como redefinir las narrativas dominantes, de este modo, se promueve la diversidad cultural y la inclusión, fortaleciendo la creatividad individual y transformando las estructuras sociales y culturales, contribuyendo al entendimiento mutuo ya la cohesión social.
 
La pintura, con su inmediatez visual, ofrece una representación instantánea y poderosa, mientras que la literatura, al requerir la interpretación del lector, construye un espacio donde la imaginación juega un papel central. La danza, por su parte, añade una dimensión aún más dinámica, pues a través del movimiento corporal, el cuerpo se convierte en un vehículo de expresión emocional y narrativa. Al igual que la pintura y la literatura, la danza tiene la capacidad de contar historias, pero lo hace en tiempo real, en un constante fluir de movimiento que conecta al espectador con el cuerpo y la energía de los intérpretes. Esta relación se refleja en las obras de muchos artistas y escritores, y, por supuesto, en el caso de Briones. A través de sus interacciones, literatura, pintura y danza amplían las fronteras de lo expresable, ofreciendo una experiencia enriquecida que estimula tanto la mente como los sentidos, invitando a una reflexión profunda sobre la condición humana. Estas disciplinas, al unirse, permiten que las historias se cuenten en múltiples dimensiones, creando un puente entre lo escrito, lo visual y lo corporal, entre el imaginario y la realidad. La danza, en su sincronía con la literatura y la pintura, introduce una capa adicional de interacción: la emoción palpable que emana del cuerpo en movimiento, transformando lo estático en fluido, lo intelectual en visceral.
 
Para concluir esta intervención, dejo algunas preguntas que espero impulsen el diálogo: ¿De qué manera su enfoque interdisciplinario, que abarcó la danza, el teatro, la escritura y la pintura, ha dejado una huella en las artes de la región, y cómo podemos seguir integrando estas disciplinas para fomentar la creatividad, el pensamiento crítico y el compromiso social? ¿Cómo podemos rescatar y dar mayor visibilidad a su trabajo literario y periodístico, para asegurar que sus escritos sigan inspirando a la sociedad contemporánea?

Foto tomada de El siglo de Torreon

Texto leído durante la charla sobre la reconocida bailarina y promotora cultural Magda Briones. Participaron: Nadia Contreras, Ely Valdés y Patricia G. Santiago. Viernes 21 de marzo, 19:00 hrs. Instalaciones del IMCE en Casa de Cantera Juárez y Colón. En el marco del Encuentro Cultural "Las mujeres toman Torreón 2025". 

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