* La función didáctica de quien ensaya, reflexiona, discurre
* Comenté el libro junto al escritor Jaime Muñoz Vargas.
* La presentación fue en el Auditorio del Museo Regional de La Laguna (MUREL), el 26 de febrero de 2020.
* Comenté el libro junto al escritor Jaime Muñoz Vargas.
* La presentación fue en el Auditorio del Museo Regional de La Laguna (MUREL), el 26 de febrero de 2020.
Sául Rosales Carrillo (Torreón, Coahuila, 1940)
es un enamorado de Sor Juana. La frase se ha dicho en repetidas ocasiones, pero
es necesario retomar para centrar los comentarios en torno al amor, es decir,
la potencia, el gozo, que lleva al enamorado a adentrarse en la obra
(obra-cuerpo) de la amada. ¿Qué es la mente y el alma inquieta? ¿Anhelar, inquirir,
revelar con pasión infinita, renovada cada vez? Teofrasto Paracelso, quien
propuso que la práctica médica se basara en principios de la alquimia y la
astronomía, escribió: “Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no conoce, no
puede hacer. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende, también
ama, observa, ve… Cuanto mayor es el conocimiento, más grande es el amor.”
El libro Dichos de Sor Juana (2019), destaca
por su función didáctica (divulgativa, si se quiere ver así) de quien ensaya,
reflexiona, discurre. Esta parte transformadora que dará como resultado la
comunicación entre autor y lector. Es importante destacar la mediación de Saúl
Rosales para el comentario o la reflexión en torno a los versos de Juana de
Asbaje. Antonio Medina Rivilla, refiriéndose a la acción docente en interacción
con los alumnos, lo explica de la siguiente manera: “Se comunica desde el saber
elaborado y construido desde una actitud de sensibilidad”.
Saúl Rosales Carrillo nació en Torreón, Coahuila,
en 1940. Es Miembro Correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y
autor de cuatro libros de narrativa, seis poemarios y seis libros de otros
géneros.
Su volumen de cuentos Autorretrato con Rulfo
fue seleccionado para la colección “Literatura Mexicana Contemporánea ¿Ya
Leíssste?” Se le concedió el reconocimiento de Creador Emérito de Coahuila en
1999; se le otorgó el de Ciudadano Distinguido de Torreón en 1990 y 2004 y la
Medalla al Mérito Universitario “Miguel Ramos Arizpe”, de la Universidad
Autónoma de Coahuila, en 2004.
Revisemos el aspecto del amor. En Sor Juana.
La Americana Fénix (Universidad Autónoma de Coahuila, 2018), Saúl Rosales
Carrillo hace patente la devoción: “Es admirable Sor Juana, la Americana Fénix;
yo la admiro por la lucidez de su pensamiento, por la primavera de sus
metáforas, por sus frecuentes —frecuentísimas— pinceladas de racionalismo, por
la jocosidad con que salpica o trata sus temas propicios, por su vocación de
libertad con la consecuente rebeldía a veces sutil, a veces aireada ante las
jerarquías religiosas y que en su literatura se resuelve en irreverentes y
afortunadas experimentos con la forma, y en fin, por su feminismo
precursor".
En el amor, la transformación
(esa otra metáfora) ocurre: el corazón es tambor, arpa, cielo en el que se
originan todos los matices. Rosales ha sabido interpretar todas estas vivencias
y emociones y las ha concentrado en Dichos de Sor Juana, libro que abre
aún más el abanico en el estudio de la obra y vida de “La décima musa”.
Recordemos otras investigaciones: Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de
la fe (1982) de Octavio Paz (su antecedente es el artículo “Homenaje a Sor
Juana Inés de la Cruz en su Tercer Centenario (1651-1695)” publicado en la
revista Sur, número 206; Sor Juana Inés de la Cruz: La resistencia del deseo
(Ediciones Cátedra), de Francisco Ramírez Santacruz, quien busca mostrar el
complejo y diversificado contexto cultural que hizo posible que sor Juana fuese
censurada y, a la vez, ampliamente celebrada; publicado por Sara Poot Herrera
en 1991, el volumen Y diversa de mí misma entres vuestras plumas ando,
agrupa una serie de trabajos de muy diversos autores —entre los que se destacan
los especialistas José Pascual Buxo, Margo Glantz, Rosa Perelmuter, Georgina
Sabat de Rivers, Elias Trabulse, entre muchos otros. Y las propias obras de
Margo Glantz: Sor Juana Inés de la Cruz. Saberes y placeres (1996) y Sor
Juana Inés de la Cruz: ¿Hagiografía o autobiografía? (2005)
En “Aclaración elemental”, texto
con el que abre Dichos de Sor Juana, Saúl Rosales advierte: “Es propósito de este libro acercar lectores a la obra de Sor Juana
mediante giros lingüísticos que la puedan hacer aparecer próxima (prójima, o
de la familia). Los dichos de Sor Juana reunidos en estas páginas proceden de
poemas, obras para teatro versificadas y dos misivas: la Repuesta a Sor
Filotea y la Carta a Núñez”. El amor, pues, ha creado un nuevo
estudio, un vuelco que de entrada es atrayente: la del dicho, que en el caso de
este libro, el enamorado tuvo que armar, desarrollar, ajustar con conciencia, con
maestría. En la elección de los versos para la constitución del dicho, Rosales
ha “respetado el formato de la métrica pero como algunos surgen de estrofas,
los versos iniciales aparecen truncos”.
Y ¿qué es
el dicho? Esa concreción lingüística y semántica propia del refranero popular;
no coincide literalmente con aquello que expresa, sino que ilustra una idea o
un concepto valiéndose de recursos retóricos como la metáfora, la alegoría o la
ironía. Desde la perspectiva de la observación, el dicho le permite a Rosales reconocer
y llamar por su nombre a los asuntos cruciales de la humanidad y del mundo.
Hay libros que
están escritos para espantar al lector; espantar o atemorizarlo. Saúl Rosales, hace
reconfortante el encuentro entre la obra de Sor Juana y el receptor. Dichos
es un libro reflexivo y él, como intermediario, incentiva el descubrimiento, el
estudio, el diálogo. O incluso, el cambio de ánimo. Leamos lo que Rosales
escribe a partir del dicho: “Cegar por mirar al sol / es gloria del animoso”:
“Quien se haya propuesto ganar una competencia deportiva y no lo haya
conseguido, quien se haya propuesto titularse como universitario sin lograrlo,
quien haya pretendido obtener una casa para su familia sin obtenerla, quien
haya intentado escribir un buen libro y haya fracasado, quien haya querido
conquistar una pareja sin éxito —y miles de mejores ejemplos— podrían ser
consolados con paremias como ésta: “Cegar por mirar al sol / es gloria del animoso”.
Y aquí
está otra prueba. Quien ha vivido enamorado de Sor Juana, se zambulle en su
propio corazón, para encontrar relación entre los versos de la monja con la
propia experiencia, que en resumen, es la experiencia del otro, del nosotros.
Estamos ante un modelo triádico: 1) La necesidad expresiva de Sor Juana; 2) la relación
entre autor-lector-autor, el procedimiento de la interpretación; 3) las
fórmulas oraciones que dan como resultado el análisis depurado del dicho. Es
claro aquí el resultado didáctico, esa prestidigitación maravillosa del
lenguaje, que finalmente es vía sugestiva inseparable a cada una de las bellas
artes. Ejemplifiquemos a partir del siguiente dicho: “Será justicia / que
vida tan buena / tenga buena vida”. Rosales ahonda en él: “La sentencia
sorjuanina de “será justicia / que vida tan buena / tenga buena vida”,
aparte de su atinado contenido —se habrá notado—, es de una sonoridad peculiar.
Esta se debe a que la Décima Musa la ha construido recurriendo a un juego de
palabras. No es excepcional que recurra a algún malabarismo lingüístico para
enriquecer con efectos literarios su obra. Por el contrario, los usa con
frecuencia. Es una característica acentuada en la corriente del barroquismo. En
este caso su juego consiste en repetir las palabras buena y vida colocadas de
manera diversa, con lo que consigue uno de los atributos de la poesía que es la
sonoridad grata. Se completa la intención sonora con la rima asonante que hacen
las palabras justicia y vida (i-a)”.
El autor
ha apuntalado su comentario hacia dos vertientes: el de los recursos retóricos
que devienen en la comprensión de los versos como una estructura y la reflexión
sensitiva, esa condensación de las ideas, de los sentimientos, de las emociones
que no expresan otra cosa sino la palpitación inquieta del ser humano. Otra
vertiente será el juego. El juego, como punto de partida para encontrar Máximas
y “fabricar poesías”, como escribe George Jen, en el libro La poesía en la
escuela, en donde aborda el difícil tema de cómo "se entra en la
poesía". Es esta la sugerencia de Rosales: “Al comenzar la comedia Los
empeños de una casa, doña Ana relata a su criada Celia la estratagema que
su hermano ha concebido para secuestrar a la protagonista doña Leonor, de quien
está enamorado, aunque ella lo rechace; también comenta que su hermano la hizo
trasladarse a Toledo. Eso provocó que don Juan, enamorado de doña Ana, antagonista,
la siguiera. En una secuencia de estrofas, parte de su parlamento, don Juan
emite varias máximas que ahora, como un juego de esta página, se propone que
las encuentre el lector. Habla la antagonista de la delicadeza que su enamorado
ha tenido al ir tras ella”. ¿Seremos capaces de encontrar estas máximas, estos
dichos? El libro ofrece la solución, no obstante, evito aquí el destripe, el
spoiler.
La poesía
puede ser horizonte transparente que estremece a quien la lee, en cambio, para
otros, ese mismo cielo revelará nubarrones, en donde es imposible la correspondencia.
Se habla aquí de los niveles y dificultades de la interpretación. El libro, que
hoy nos convoca, invita al lector primerizo y al experimentado, a avanzar sin
dificultad por la obra de Sor Juana. No sólo la obra, sino también el
conocimiento general de su época, su circunstancia. Sin embargo, no todo esta
dicho. Hay algo más allá de estas páginas: la plurisignificatividad.
Cada uno de nosotros somos portadores de “múltiples dimensiones significativas”
que permiten, a diferencia del lenguaje denotativo, sugerir otros significados.
En este sentido no hay respuesta para la pregunta ¿cuántos acercamientos pueden
hacerse a un texto? La invitación del enamorado, porque el amor, en palabras de
José Ezcurdia, “potencia, a la vez una y múltiple, que nutre el pensamiento con
su propia forma dinámica”, es la de navegar este libro de luz pura, que como
dice Sor Juana, “por antigua que sea / nunca caduca”.
Texto completo. Se publicó de manera resumida en Siglo Nuevo, revista cultural del periódico El siglo de Torreón.
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