Concurso #EscribirPoesía No. 10 "Descubrir el poema"


Observa la fotografía que antecede a este texto.
a) Piensa en esta imagen e intenta relacionarla con tu vida.
b) Recuerda cada detalle de ese episodio; abre tus sentidos: huele, escucha, siente... 
c) Hagan que el momento en cuestión les cuente algo más, por ejemplo: ¿qué hay más allá de la misma imagen? ¿qué preocupaciones tendrá este personaje aún fuera de la página del periódico leída? O mientras lee ¿a quién espera? ¿hacia dónde se dirige? En fin, echen a volar su imaginación.

Proceso de escritura
Ahora vamos a escribir todos los días por una semana. No requiere mucho tiempo, acaso, 5 o 10 minutos. Esta es la dinámica: 
a) A partir de la imagen, escribe el primer pensamiento que se te ocurra. Un pensamiento o dos. Y así sucesivamente los días restantes. Cada día agregarás nuevos pensamientos, no importa el orden ni la extensión. 
b) Mientras avanzas revisa que en tu borrador tenga una idea eje, o cuando menos, cierta coherencia en lo que se manifiesta. 
c) Cuando hayas terminado la semana, tendrás en tus manos una lista considerable de ideas, depúrala, elige la idea clave y a partir de ella, redondea, pule, agrega información, sugiere incluso otra historia. El chiste aquí, es tal como lo escribí en el título de la entrada, encontrar el poema en un ramillete de ideas. 
d) Pasa en limpio el texto y comparte el resultado en un poema en verso o prosa.  

Usa la sección de "Comentarios" para escribir el poema o los poemas. Los mensajes se moderan, te pido un poco de paciencia para que los veas publicados.

Vigencia  

El ejercicio cierra el 27 de enero de 2020. El poema ganador se publicará en la revista Bitácora de vuelos y el autor recibirá un diploma virtual.

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12 Comentarios

  1. Mar de papel

    Las letras se escriben con granos de arena
    porque el periódico es
    un canto sordo
    de buques y cementerios de aviones.

    Las letras son un mar de papel
    guerras // migraciones y asilos //
    se mojan sobre lienzos y fotografías
    en sepia.

    Las letras vuelan en los rieles //
    como locomotora nace del océano
    y la caída de los muros lloran
    en ataúdes de polvo.

    Recuerdo que papá leía el periódico
    mientras se escuchaba el susurro
    Abacab // promesa de Collins //
    Genesis despertando en el océano
    Abacab // la canción que me dijo
    todo es mágico
    como la permanencia etérea
    de papá durante cuarenta nieves
    en mi pecho.

    Era la canción // nuestra melodía
    juntaba los ancianos con los
    que apenas creían en dios
    era nuestros himno para llegar
    a esas notas rojas pintadas de mármol //
    a las quejas del banco internacional bandido
    o al misterio de la Guerra de Vietnam:
    un escalón que sube a lo más sucio
    de la esencia transparente.

    Las letras se escriben con granos de espuma
    porque el periódico es un cementerio de barcos
    y aviones izados al sol.

    Las letras deshebran los martes de otoño
    y los años de la rata // cuyos secretos delatan
    los cañones mudos y las arpas de cuchillos:
    porque la prensa se escribe
    con heces y miedos ajenos.

    El viaje es eterno // es un pájaro de luz
    mis padres viajaban en tren antes de nacer
    y mi espíritu caminaba sin mi sombra
    cuando era bautizado sobre cielos y ríos de papel.

    Las palabras y el viaje tienen aroma a café //
    para los que se hieren leyendo
    o los que sueñan viviendo en casas de lámina //
    las palabras a veces sangran con el olor a nicotina //
    pero alivian con las voces de paz
    escondidas en las risas de niños
    quienes dan vida a la vida
    y reconstruyen los cantos de los días.

    Las letras son suspiros del viento
    aire fugaz que derrumba
    los edificios de incienso
    como inhala los rieles de sal
    mientras las palabras son mar de papel.


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  2. Las palabras se deforman
    en las letras de un poema,
    nunca quieren decir
    lo que parece que dicen,
    siempre hay otro sentido
    otro origen, alguien que interpreta,
    y al final
    no sirven para nada.

    Lo mejor es acallar,
    pensar para existir,
    actuar,
    nombrando las cosas por su nombre,
    -incluso en poesía-
    y nunca enumerar sentimientos
    ni usar dialécticas sabiondas.

    Y para gritar o quejarse
    usar siempre la primera letra del alfabeto
    y la penúltima
    -para que no sea la última
    la última vez que te quejas-
    eso es:
    di ¡ay! si te has de quejar
    y déjalo escrito en un poema;

    Pero nunca te quejes
    para llamar la atención,
    quéjate con fundamento,
    porque tengas derecho
    al haber cumplido los deberes:
    actitudes de amor sin la rimbombancia
    de lo patético de la poética.

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  3. Paz en otoño.

    Viajero de la vida en otoño,
    llegue al extremo del atardecer,
    florecidos mis sueños como un madroño,
    sentí tranquilidad y paz en mi ser.

    Navegaba hacia los brazos de mi retoño,
    único hijo que mis ojos vieron crecer.
    Su nombre :Antonio, pero sólo toño
    así lo llamaba mi fallecida mujer.

    En el inmenso océano azul viaje,
    el silencio de la soledad era compañía,
    en el fondo de mi mente el oleaje
    una tranquila música producía.

    Mientras el periódico leía, el bagaje
    de esta vida, pronto llegó mi agonía.

    Luis Bayardo Espinoza Sotelo.

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  5. Escondrijo textual

    Se turban mis pupilas a la par
    que esquivan con sigilo
    el entorno
    regio que seduce sin parar
    el extásis inédito que ahora abordo

    Una página más, un breve artículo
    que me hace olvidar, me alejo
    de pronto, como un ventrículo
    sin hablar, de la que me dejó

    Solo en mi sobriedad
    terrenal, sin poder respirar
    tu presencia, que arroba mi tranquilidad
    que extinga mi delirio al soñar

    Prolongando mi pobre pesar
    que aglutina mi nula estadía
    en cualquier lugar, sin poder recordar
    nuevamente, la dicha de ese día.

    Que guareció mi alma quejosa
    en tu seno tibio y sereno
    que adornó mas de una rosa
    tu cabello largo y moreno.


    Más por la ingrata muerte
    que me arrebato el amor,
    la ilusión; ahora ausente
    estoy, navegando solo en dolor.

    En mi prisión que acordona
    mi maldita depresión,
    solitario
    no.Mi Periódico y yo! desborona
    la aflixión, alude mi santuario

    Mi paz interior, en mi lecho
    de lector, donde el antaño
    gentil cruge mi desierto pecho
    el escondrijo textual de cada año

    Que refugia fiel sirviente,
    ahonda con paciencia
    en el recóndito y ferviente
    ósculo tu triste ausencia.

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  6. El tiempo, el tiempo que se desplaza como las densas nubes ante la tristeza,
    y se desliza en la dicha como el viaje del ferri, sobre las aguas.
    La soledad, está soledad tan mía,
    compañera inevitable en las horas sombrías.
    Hoy, la rutina cambió.
    Por fin tengo un compañero, un periódico de tintes y notas tristes.
    La realidad del mundo, me asusta, me socava.
    Realizo este viaje al mismo lugar, siempre la misma distancia, ¿Mi destino?...Ninguna parte.
    La cabeza me da vueltas, el intenso mareo me lleva al momento aquel de tu partida.
    La polvareda, el humo, las piedras...
    Ese recuerdo me acompaña:
    Huí como un cobarde, me buscaban, sabía que iban por mí.
    Escape enloquecido,
    ¿Podrían culparme?.
    ! Quería vivir!
    Días después al volver a casa, la sangre absorbida por la tierra
    los restos incinerados formando una alfombra de incienso ardiente me dieron razón de tí.
    El viaje, y el intento de leer, remueven en mi cuerpo un dolor jamás dormido.
    La música, la música penetra mis oídos, y el dolor, el dolor se convierte en una interminable sinfonía, que hace danzar mis tristes recuerdos y agonías.

    María Alvarado de la Rosa.
    (Gracias por la oportunidad.)

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  7. Si detrás de la ventana estuviera el mar
    yo no despegaría la vista del océano
    para darme una idea de la infinitud del agua y de los peces

    Si atrás del cristal fuera bosque
    sacaría la cabeza para vagar en las alturas entre el verde
    y el aroma a cielo,
    solo así confiaría en la existencia de los pájaros

    Y si se tratara de ciudades
    asomarme al ventanal me ayudaría
    a constatar que hay un afuera
    (un sol que se guarece en los portales
    como ebrio avergonzado
    mujeres que llueven los lunes al llegar a
    casa
    ancianos que arropan su infortunio
    bajo un fuego anónimo)
    y un mundo a mi lado hecho de ínfimos,
    rutinarios sucesos
    respirando sobre mi rostro

    Sé de hombres que sienten distinto,
    hacen distinto:
    leer es un privilegio, y un subterfugio,
    recuerdo casos en que el padre se sumerge en las noticias
    mientras el niño se embarra de jalea y restriega el pan
    en la lengua del perro
    otros, en que tras la barrera del periódico
    el hombre no se entera
    de qué se incendia en la cocina
    o si la madre está en labor de parto
    Porque es que hay cosas realmente importantes:
    la fluctuación de la bolsa
    el béisbol la guerra
    la miseria de no saberse

    Quiero ser justa:
    sé bien que hay personas
    tan agobiadas de trabajo, colmado de penas el sombrero
    que niegan toda vista al exterior,
    algunos tienen el momento de tránsito
    como el único tiempo de lectura,
    la sola puerta a una existencia alternativa
    o el modo de verse los adentros
    Yo también, a veces, soy de esas,
    entonces no juzgo, mejor no digo nada,
    cada quien deshaga el nudo de su vida
    del color que pueda
    y se vuelva recinto protegido
    cualquier lugar donde la voluntad de las letras
    se cumpla.

    Mariena Padilla


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