En las últimas décadas ha cambiado la forma de comunicarse entre unos y otros. Y más aún, la manera de hacer arte, en este caso Poesía, género en el que se destaca Belén Gache2. Aunado a cada uno de los sentimientos del ser humano, están las computadoras, los dispositivos móviles o electrónicos que llevamos a todas partes convertidos en un espacio ideal para abordar temas de género, comenzar su discusión y el intercambio de información. Sin embargo, el internet también puede ser otra cosa, siguiendo algunas líneas del ciberfeminismo: totalizar, envolver, borrar los límites de la identidad, considerando el mundo como uno solo y por ello, globalizado.
No tengo una idea muy clara de ¿cuál será el devenir? ¿qué seremos en 50, 100 o 200 años? ¿qué máquina seremos? Lo correcto es pensar primeramente es una tecnología al alcance de todos, en escenarios más democráticos; en acciones y objetivos políticos más claros; en la creación y continuación de movimientos sociales; así como la consolidación del “espacio simbólico femenino” potencializando la presencia y difusión de su trabajo.
Ha cambiado la manera de hacer literatura y la forma en que el lector (lo llamaremos en este caso perceptor porque implica su participación directa en la obra, en su de-construcción o transformación), se acerca a ésta. Belén Gache, revolucionó la manera de escribir poesía. Como lo hicieron los movimientos artísticos de vanguardia, rompió con la estructura tradicional del verso, incluso, con su oralidad, para convertirlo en una experiencia única vista a través de la pantalla de la computadora. Su obra conjuga la poesía, la microficción o minificción, la crónica, el ensayo breve, la hipermedia.
Cuando escribo esto pienso en Alfonso Reyes cuando define al ensayo como “Centauro de los géneros” y lo que escribe a continuación es maravilloso: hay de todo y cabe todo, propio hijo caprichoso de una cultura que no puede ya responder al orbe circular y cerrado de los antiguos, sino a la curva abierta, al proceso en marcha, al etcétera3 Gache hace de su obra un centauro, pero en este caso, centauro digital que cada vez es infinito. La poesía debe ser diferente como también será el lector-perceptor. Implícita a esta postura, tenemos la visión de Gache sobre el destino femenino que deberá remontar hacia otros horizontes (en la pantalla, esos nuevos horizontes digitales) y, nunca más, al de la subordinación. En el texto “Mujeres malvadas en la historia del arte”4, hace referencia al mundo de las artes visuales: la mujer será representada como ser vulnerable (desnuda) o castrado (virgen). Aquella que no se halle subordinada al hombre será considerada demente, monstruosa o malvada. Gache, desde el escenario hipermedial, propone una vuelta de tuerca a la historia.
El estudio que pueda desarrollarse a partir de esta autora, también nos lleva a valorar el trabajo de otras mujeres. Son una presencia cada vez mayor no sólo como simples usuarias sino como generadoras de ideas y desmantelando estereotipos degradantes y que distorsionan su imagen. Gache ha tomado la herramienta digital para hacer un análisis crítico de la sociedad. Esto es lo que quiero destacar: la postura de su obra, particularmente la expuesta en su libro Wordtoys, su mirada hacia un mundo digital complejo, desigual pero que reclama, cada vez, una participación activa.
Hay que entender varios conceptos antes de entrar en materia. El primero de ellos es “Ciberfeminismo”. La unión entre lo cibernético y lo feminista. La unión entre la idea de Cyborgg (cibernética y organismo) y la persona. Hay un antecedente sobre esta simbiosis. Donna Haraway, en los ochenta escribió el Manifiesto para Cyborg. Por el texto “La verdad sobre el feminismo”, de Cornelia Sollfrank , traducción de Eva Guil Walls y Remedios Zafra, sabemos que su cyborg, “símbolo de un futuro después del género, es hoy considerado por muchos como el verdadero punto de partida del pensamiento ciberfeminista. Sin embargo, Haraway nunca utilizó el término Ciberfeminismo ni lo reclamó como suyo”5.
El ciberfeminismo será la unión entre la tecnología y la mujer y que como en la obra de Gache, abordará algunas de sus ideas clásicas así como las ideas, que el entorno contemporáneo, se van poniendo sobre la mesa. Para los autores Almudena García Manso, Pilar Moreno Diaz y Jesús Sánchez Allende, en el ensayo “Ciberfeminismo, Mujer y TICs: La acción feminista en el siglo XXI”, las ideas clásicas del feminismo son: el mantenimiento de los límites de la identificación, la lucha por la paridad genérica, la ruptura con la determinación biológica del género, el cuerpo como marca de género, la sexualidad reproductiva, entre otros6; agregamos: el uso del espacio tecnológico por las mujeres, la distinción entre escritura femenina y masculina, los formatos, la poesía digital, la posibilidad que ofrece ese espacio descentralizado horizontal, como dice Zafra, cargado de potencia política, etc.
Una de las perspectivas del ciberfeminismo, está relacionada con el uso de diversas tecnologías que las mujeres utilizan a través de sus computadoras o dispositivos, para expresar su visión del mundo y sus inquietudes. Aquí se inscribe la propuesta artística de Gache para visibilizar, denunciar, cuestionar, criticar las condiciones de desigualdad, pero también, mostrar una sociedad manipulada y decadente. Wordtoys7, nos propone el ejercicio de la lectura como tarea de desciframiento a la vez que como juguete narrativo. Reúne una serie de trabajos de hipertexto, poesía electrónica, y audiovisual que ha realizado desde 1996 hasta el presente. Enmarcados en el contexto de la net poesía, el énfasis en la materialidad de los signos (como lo vemos por ejemplo en las vanguardias), estos trabajos están construidos a partir de estrategias de aleatoriedad, permutabilidad, proceso, juego y reescritura. Este libro juguete, nos permite acceder a piezas como el “Procesador de textos Rimbaudeano” o “Escribe tu propio Quijote”. Cabe decir, que el apartado “Escribe tu propio Quijote” es un engaño. Nadie puede escribir, agregar, eliminar, texto al Quijote. No obstante, es un juego imaginativo que inicia una dilema: ¿Y si realmente yo hubiera escrito El Quijote? ¿Soy yo el autor de El Quijote?
Wordtoys, como objeto material dentro de la pantalla, es también un engaño. Se presenta como libro e incluso, cada vez que se hojea éste, el paso de la hoja imita el sonido del libro tradicional impreso. El lector activo, el perceptor, tendrá que entrar a los poemas y no sólo leerá las palabras escritas, si no que avanzará entre links y ventanas, escuchando y viendo animaciones. Dentro, en eso que no vemos, está el código que generará las palabras, los colores, las pantallas, desplegando un sin fin de caminos que tomará la lectura poética. Aquí se cumple uno de los objetivos de la obra de Gache: la reescritura, aunque, con un eco de Borges, no haya verdaderamente un cambio.
En este sentido, podemos decir, que en Wordtoys, los contornos de la escritura y la reescritura están difuminados y el resultado siempre será diferente en cada perceptor. No digo que en la obra tradicional, la obra impresa, no ocurra lo mencionado. Sucede, en efecto, por el amplio espectro de la imaginación. No obstante, la propuesta de Belén Gache, ve el cambio como una totalidad y el perceptor siempre irá un paso más adelante en la construcción de este nuevo juego, apropiándose de los poemas, re-construyéndolos, otorgándoles nuevos significados a partir de su propia experiencia y contexto. Tal vez, esta visión totalizadora sea resultado del interés por parte de nuestra autora por el conocimiento de la escritura, desde su configuración, hasta la manera en cómo se genera, re-genera o re-construye en los individuos. El resultado de esto es Escrituras nómades. Del libro perdido al hipertexto (Buenos Aires, Limbo, 2004), del cual destaco la siguiente cita: Los nuevos medios electrónicos permiten, entre otras cosas, una deconstrucción del logocentrismo que ha imperado en el Occidente moderno, a partir, por ejemplo, de la posibilidad de combinar sistemas semánticos diferentes, como el lingüístico y el visual, o de la búsqueda de nuevas sintaxis.8 Y aquí valen algunas preguntas que podemos dejar para otra conferencia: ¿Desaparecerá el autor? ¿El lector será pues el nuevo autor y la obra, una continuación? ¿Existe “lo real” cuando la vida parece configurarse en mayor medida bajo la lente de las redes sociales, los avatares, el travestismo en fotografías o videos? ¿Desaparecerá el texto para dar cabida a la sola imagen? ¿Nos convertiremos en máquinas?
Una mención especial merece el apartado “El idioma de los pájaros” también contenido en el libro Wordtoys. Una vez que el lector a llegado a esta página, dio click a una primera, segunda ventana y a los pájaros mismos, éstos comenzarán a cantar/recitar poemas de reconocidos autores: ”Le paon” de Guillome Apollinaire, “Le cygne” de Charles Baudelaire, “Volverán las oscuras golondrinas” de Gustavo Adolfo Bécquer, “Leda” de Rubén Darío, y “The raven” de Edgard Allan Poe. Comprenderíamos los poemas si los pájaros cantaran de manera individual; creemos que al dar clic, el pájaro anterior dejará de cantar, lo que no ocurre, por lo que el canto de las cinco aves se convierte en algo estridente. Y ¿qué podemos decir de nuestra sociedad actual? ¿Acaso no es ese ruido desbordado? No hablo del ruido que afecta solo la audición de forma temporal o permanente según las horas de exposición a los altos decibeles. Gache se refiere, usando los códigos y la tecnología necesaria, a esos otros ruidos llamados poder, ambición, corrupción, racismo, miedo, desorganización social, contaminación del planeta (no está de más que el poema use a los pájaros como elemento simbólico), el sesgo que victimiza a las mujeres y las condena al olvido.
Veintidós mariposas rosas tiene en la portada una mariposa rosa que bate las alas con rapidez. Cuando se abre el enlace, vemos veintidós mariposas rosas y una mariposa azul. El juego, lo explica muy bien María Andrea Giovine, en el texto “Wordtoys, una experiencia poética de interacción hipertextual”9: Cada mariposa corresponde a las letras del texto, con letra mayúscula “ Veintidós mariposas rosas”. El perceptor puede dar clic en cualquiera de las mariposas. Al hacerlo, la mariposa tocada se va volando por la pantalla, se lleva consigo su letra y desaparece. El perceptor decide cuántas letras quita, cuáles y a qué velocidad lo hace. Al quitar letras, puede formar nuevas palabras con las mariposas restantes (“ven”, “dos”, “más”), o bien, puede dejar toda la pantalla completamente vacía. La mariposa azul se comporta exactamente igual que las rosas. Sin embargo, es un elemento que pone énfasis en la idea de la diferencia. Al ver que la mariposa es de otro color, uno espera que al dar clic en ella pase algo diferente y, no obstante, no es así, lo cual rompe con una posible expectativa y subraya el hecho de que, aunque dos cosas luzcan diferentes, en el fondo pueden ser iguales.
No estamos frente a un poema escrito, sino en mariposas que se van, llevándose con ellas el lenguaje. En el poema “Las vocales”, de José Emilio Pacheco, un homenaje a Arthur Rimbaud, también desaparecen el lenguaje, rectifico, una parte de éste: Un hecho extraño ha sucedido en la máquina: /Se rebelaron las vocales. // Al encender la pantalla, /blancas en fondo negro /aparecieron, /hirientes, mudas, /las consonantes sin sonido, las ruinas, /de un alfabeto semítico; dice el poema. Sin mariposas, sin vocales, queda el silencio. Un silencio amargo, porque en esa otra reflexión; más allá de la sintaxis informática; más allá del paradigma de los códigos, la sustitución de unos por otros, está lo amargo. Es este el poder de la obra de Gache, estremecerte con puño fuerte. Las mariposas se van como las mujeres en cada rincón de nuestro país. El año pasado me alarmó el siguiente titular, como ahora me sigue y nos siguen alarmando tantos otros: “En Coahuila hay 335 mujeres desaparecidas. De las mil 890 personas desaparecidas en el estado, 335 son mujeres entre los 15 y los 60 años”. Pero no solo hablamos de desapariciones, sino de la poca oportunidad que la mujer ha tenido para sobresalir en sus áreas de trabajo. Las mariposas también representan este olvido marcado, sobre todo, en la literatura escrita por mujeres. La tradición, el canon, está cómodo ante una pantalla “en blanco”, como sucede en el libro de Gache. La historia, en este momento, nos exige otra mirada. En México, por ejemplo, hay proyectos estupendos que tienen la finalidad de visibilizar la producción literaria de las escritoras, categorizar el canon, ampliarlo y rescatar e incorporar el trabajo que las escritoras están haciendo, especialmente las de provincia, con obras publicadas en las últimas cuatro décadas. Pienso en los trabajos de Adriana Pacheco, Cristina Liceaga, Adriana Bernal, Gloria Vergara, Ada Aurora Sánchez, los estudios de género al interior de las universidades, proyectos individuales y colectivos físicos o digitales.
La materialidad de los signos (mariposas-letras-colores), como también sucede con otros textos de este mismo libro: “Mariposas-libro”, “¿Por qué se suicidó la señorita Chao”, “Escribe tu propio Quijote”, por mencionar algunos apartados, además de experimentar en el campo de la tecnología, generar otra mirada sobre el mundo respecto a nuestro contexto y nuestra experiencia. Nos acerca a una realidad difícil, llena de sangre y de ausencias, que cada día se vuelve más habitual, normativa.
La obra de Gache una obra completa, acabada. El correr de los años se ha encargado de colocar el libro Wordtoys, en el punto exacto del análisis hipermedial, el análisis de la participación activa del lector y la crítica que recorre transversalmente el concepto de lo masculino y lo femenino, el patriarcado, así como los problemas sociales que corresponden a cada época. Así, por ejemplo, encuentro en este libro, una vigencia sin igual representada por “El idioma de los pájaros” y “Veintidós mariposas rosas”.
Es importante destacar cómo las mujeres han tomado un espacio en la red. Junto con Gache podemos mencionar el trabajo de Ana María Uribe10, Isabel Ara e Iñaki De Lorenzo11, Dora García12, Silvia Veloso13; en México, Karen Villeda, Mónica Nepote, Rocío Cerón. Mujeres que rompen estereotipos de la masculinidad, que pretenden desde el arte, igualar los discursos de la tecnología misma y de los medios de comunicación en torno a las mujeres. Hablamos de cómo también ellas han modificado la literatura tradicional, el poema tradicional, más allá de lo connotativo y denotativo, los textos multimodales aluden a diferentes puntos de vista: cultural, social, histórico e ideológico. Desde la simpleza de una máquina, el programa informático, la elaboración de un lenguaje que responderá al perceptor, la mujer transformada crea y fortalece redes de comunicación y mantiene el esfuerzo por la conquista de la palabra pública y su circulación. Hablamos de ciberfeminismo y de una redefinición entre tecnología y arte.
Texto leído en el primer "Encuentro Dolores Castro, Literatura escrita por mujeres, crítica y creación", efectuado los días 7, 8 y 9 de marzo, en la ciudad de Aguascalientes.
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1] Nadia Contreras (Quesería, Colima, 1976). Escritora, académica y tallerista. Es fundadora y directora de la Revista Literaria Digital Bitácora de Vuelos (http://www.rdbitacoradevuelos.com.mx/) y de la casa editorial digital con el mismo nombre. Sitio web personal: http://www.nadiacontreras.com.mx/. Por su poesía ha recibido varios premios nacionales y extranjeros. En 2014, el congreso del Estado de Colima le otorgó la presea “Griselda Álvarez Ponce de León”, por su trayectoria en la literatura; es el máximo galardón que el estado puede entregar a una mujer. Sus libros más recientes de poesía son: Cumplimiento de la voluntad (Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Coahuila, Colección Arena de Poesía, 2014), Un viento [que] jamás. Urdimbre [de] cuerpos y palabras (en coautoría con Marisol Vera Guerra (BV Ediciones, 2015); Quedará el vacío (PinosAlados Ediciones, 2017) y de prosa poética Sólo sentir (Editorial Paraíso perdido, 2017). Su obra ha sido traducida al Inglés, Portugués, e Italiano y forma parte de numerosas antologías. Escribe para diferentes medios nacionales y extranjeros.
2] Belén Gache es escritora y poeta. Tiene doble nacionalidad, española y argentina. De familia española emigrada a la Argentina, nació en Buenos Aires en 1960. Vive y trabaja en Madrid. Desde los años 90, ha realizado obras de poesía conceptual y de literatura experimental y expandida tales como videopoemas, instalaciones sonoras, poesía electrónica y proyectos mixtos. Es considerada una de las poetas pioneras en el uso de medios digitales. En 2012, su proyecto Word Market, fue comisionado por Turbulence con fondos del National Endowment for the Arts (EE.UU.). Su pieza Radikal Karaoke forma parte de la Colección de ELO (Electronic Literature Organization). Varias de sus obras pertenecen al archivo internacional de net art Netescopio (MEIAC, España). Publicó las novelas Lunas eléctricas para las noches sin luna (Sudamericana 2004), Divina anarquía, (Sudamericana 1999) y Luna India, (Planeta 1994). Su novela La vida y obra de Ambrosia Pons fue finalista en el XXIII Premio Herralde de Novela (Barcelona, 2005) y en el XIII Premio Planeta de Argentina, (2006). Ha publicado la novela de ciencia ficción lingüística Kublai Moon (Sociedad Lunar 2017). Ha publicado numerosos ensayos de literatura experimental entre los que se destaca Escrituras nómades, del libro perdido al hipertexto (Gijón, Trea 2006). Ha realizado performances y lecturas de obra y dictado conferencias y seminarios de narratología y teoría literaria en diversas universidades del mundo. Es Licenciada en Historia del Arte y posee un Master en Análisis del Discurso (Universidad de Buenos Aires). De 1995 a 2005 fue co-directora del sitio Fin del Mundo, una de las primeras plataformas de net-art en idioma español.
3] Edgar Montiel. "El ensayo americano, centauro de los géneros". Se publicó originalmente como parte del libro de Montiel El humanismo americano. Filosofía de una comunidad de naciones. Perú: Fondo de Cultura Económica, 2000. págs. 169-177.
4] Consultado en http://belengache.net
5] Página Web: Belén Gache. 28 de febrero de 2018. <http://belengache.net>
6] García Manco, A.; Moreno Díaz, P. y Díaz, P. y Sánchez Allande, J. (2000). “Ciberfeminismo, Mujer y TICS. La acción Feminista en el siglo XXI”. Consultado el 28 de febrero de 2018. Disponible en http://www.monografias.com/trabajos902/ciberfeminismo-mujer-tics/ciberfeminismo-mujer-tics.shtml
7] Wordtoys lo pueden encontrar en la siguiente dirección electrónica: http://netescopio.meiac.es/proyecto/0006/
8] Escrituras nómadas: del libro perdido al hipertexto. Web. 28 febrero 2018. <https://www.belengache.net/pdf/QueEsLaPoesiaParaUnRobot_BelenGache.pdf>
9] Giovine, María Andrea. (2012). "Wordtoys, una experiencia poética de interacción hipertextual". Consultado el 28 de febrero de 2018. Recuperado de: http://www.periodicodepoesia.unam.mx/index.php/1055-poeticas-visuales/poeticas-visuales/2222-047-poeticas-visuales-wordtoys
10] De esta autora vale la pena revisar los “Tipoemas y Anipoemas” (1997).
11] En particular su diario digital Nada tiene sentido (2002)
12] La Esfinge (2005)
13] Sistema en caos y máquina: la educación sentimental de la inteligencia artificial (2003).
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