Foto de Anete Lusina en Pexels |
Mirar las paredes o las ventanas son dos actividades que nos han acompañado en los meses recientes, o por qué no decirlo, desde marzo del 2020. Imposible a estas alturas, no conocer cada parte de esos muros, sus grietas; con las ventanas pasa lo mismo. Ya sea abiertas o cerradas, las ventanas nos hablan en primera persona.
A partir de esto, vamos a escribir un poema o serie de poemas. El punto detonante es la imagen colocada al inicio del texto. No se detengan a la hora de escribir. Escriban todo lo que más puedan. Lo que importa, en este primer momento, es la intuición poética y la imaginación.
Una vez que tengan el texto déjenlo descansar y cuando lo consideren necesario vuelvan a él poniendo atención a todo: la construcción de cada línea, el uso adecuado de los recursos estilísticos (trucos), los verbos, los adjetivos, la cohesión. La revisión que harán será minuciosa, eliminando ripios y lo irrelevante.
Revisen que su texto no tropiece en los llamados lugares comunes o con frases o ideas redundantes y que posea síntesis y claridad en sus imágenes. Un ejercicio enriquecedor es guardar las diferentes versiones del texto mientras vamos corrigiendo; son evidencia de nuestro crecimiento y nuestras lecturas. Si deseas compartir tu poema final, usa el apartado de comentarios en esta página o bien en el grupo en Facebook.
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